Hace unos días fui testigo de cómo la inmensa mayoría de los familiares y amigos que asistían al concierto en el teatro Romano de Mérida, que con motivo de la semana institucional de la Guardia Civil se celebraba en esa ciudad, procedían a silbar y a expresar su malestar a la entrada y a la salida del ministro del Interior al citado acto. Don Fernando Grande fue un magistrado de la Audiencia Nacional y alcanzó un importante prestigio durante su permanencia en ella; prestigio que, lógicamente, no se hubiese alcanzado sin el trabajo de unos magníficos profesionales de la lucha antiterrorista, como son los pertenecientes al Servicio de Información de la Guardia Civil. Estas circunstancias nos hacían pensar a los...
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