Los hermanos de la Esperanza de Córdoba están convocados este domingo 20 a las urnas para decidir si respaldan la candidatura de Pilar Rojas a hermana mayor. Es el final del mandato de Rafael García Cerezo , que en sus más de siete años ha actuado sobre todo en el paso de palio, con la reforma de las dimensiones y con la aprobación en cabildo general, del proyecto de Gonzalo Navarro . En este entrevista hace balance. -Ha adelantado las elecciones cuando todavía le faltaba un año. ¿Qué ha sucedido? -En realidad tampoco he adelantado un año. Tendría que haberlas convocada en junio de 2025, en principio no es tanto tiempo. Hablamos de unos seis meses, aunque sí es cierto que en esos seis meses, están los cultos, la estación de penitencia y la cruz de mayo. Y lo he hecho por agotamiento, porque no me sentía capacitado para labores propias de mi cargo, con el rigor que se tiene que exigir. También ha habido cambios en mi vida familiar y laboral. -¿Qué espera del cabildo de elecciones de este domingo? -La Esperanza se caracteriza por tener procesos electorales convulsos. Espero y deseo que se desarrolle con tranquilidad. Hay una candidata que se presenta, acompañada por una junta de gobierno, aunque es cierto que los hermanos han recibido poca información sobre quién la compone, cómo va a hacer su trabajo, y qué proyectos va a desarrollar. Quiero pensar que el cabildo de elecciones se va a desarrollar con tranquilidad. - ¿Teme que no sea así? - Cualquier junta tiene que velar por la imagen de la hermandad y defender los intereses de la institución, por encima de cualquier grupal o individual. No se debe olvidar que por encima de trajes, vestidos o corbatas hay que poner la medalla, y eso debe primar. -¿Inquieta que al hablarse de procesos electorales siempre se hable de bandas y martillos? -Yo no lo hice y respeté todo lo que había. Las bandas no están cuestionadas, sería una locura que alguien lo hiciera. En cuanto a los martillos, es más delicado, yo no lo hice y me ha ido bien. -Desde fuera parece que las cuadrillas están muy unidas en torno a sus titulares y capataces. -En principio sí. La del Señor muy cohesionada desde hace mucho tiempo. Nosotros no renovamos a Rafael Ramírez Galvín como capataz de la Virgen para 2024. Nombramos a Antonio Barbudo, que no llegó a trabajar, porque se mantuvo con el Dulce Nombre al pasar la Vera-Cruz al Domingo de Ramos. Confiamos en Marcos de la Virgen y aunque no salimos el Domingo de Ramos, los ensayos fueron muy bien. -¿Está satisfecho del mandato? -Lo calificaría como aceptable , aunque reconozco haber cometido errores. Me voy con la conciencia de haber actuado para velar por los intereses de la institución. También quiero pedir disculpas a familia y amigos, por estos años en que no he estado. -Y queda el proyecto del palio, que se tendrá que ir plasmando ahora. - Eso siempre lo he dicho, que no tenía afán por estrenar nada. Se ha hablado del proyecto desde que tengo uso de razón, pero nadie ponía el cascabel al gato. Vimos conveniente el proyecto y se empezó a hacer. De lo que me alegro es de que se haya comenzado . Si ve la luz, estaré muy satisfecho. -¿Está confiado en que continuará haciéndose? -El proyecto del palio tienen que asumirlo como propio, porque se aprobó en un cabildo general muy numeroso. Debe tener una continuidad no sujeta al gusto de alguien o a la arbitrariedad de una junta, y que se haga con rigor. Desde que se empezó hemos avanzado mucho, porque es un proyecto íntegro con el mismo taller de Sucesores de Caro, y la frontal está terminándose. Cualquier hermano tiene que sentirse tremendamente orgulloso. Siempre que se hace un requerimiento la hermandad lo paga. La malla trasera está hecha, igual que el fleco de las dos bambalinas. Se va avanzando con solvencia.
