a Princesa Leonor volvió a deslumbrar ayer en el desfile con motivo de la Fiesta Nacional y posterior recepción en el Palacio Real. La Heredera a la Corona –que este verano protagonizó su primer acto en solitario– está cada día más confiada y, pese a su todavía timidez, se desenvuelve con profesionalidad en los actos oficiales.
Tal y como sucedió el año anterior, la Heredera eligió el uniforme del cuerpo de las Fuerzas Armadas donde cursa estudios, en este caso de la Armada, donde comenzó su formación militar en el mes de septiembre en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra). Así lo dicta la invitación: los militares deben acudir de uniforme. Con su ya tradicional moño bajo, la Princesa Leonor apareció radiante con el uniforme de gala de color azul marino de la Marina, a diferencia del blanco con el que ingresó en la Escuela Naval .
Durante todo el besamanos, mantuvo una actitud serena, saludando con una sonrisa uno a uno a los más de 1.300 invitados. La complicidad con sus padres fue total. Durante las dos horas que duró se produjeron tres recesos. Fue entonces cuando la primogénita de los Reyes se relajaba y comentaba tanto con su madre como con su padre algunos aspectos de la jornada. La complicidad entre los miembros de la Casa Real fue absoluta.
Una vez finalizado el besamanos, en el interior de los salones en los que los invitados charlan distendidamente, la Princesa Leonor habló con cinco compañeros de la Academia de Marín –cuatro chicos y dos chicas– que como ya sucedió el año pasado se trasladaron hasta Madrid para arroparla. «Son lo mejor de la Escuela», aseguró la Princesa en una conversación con periodistas, en la que también aseguró que estaba muy bien en Marín, donde continúa su formación.
Poco a poco, la Heredera cobra un mayor protagonismo en la agenda de la Casa Real. De hecho, en tan solo dos semanas presidirá la entrega de los Premios Princesa de Asturias y recibirá, casi un año después de que se le otorgase de forma oficial, la Medalla de Asturias. El acto tendrá lugar en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, un acto que la Princesa protagonizará en solitario, como ya hizo en Zaragoza. La gran ausente fue su hermana, la Princesa Sofía, que no ha acudido porque está inmersa en sus estudios.