El tráfico ilegal de huevos desde Bolivia hacia Perú ha llegado a niveles alarmantes, con más de ocho millones de unidades ingresando ilegalmente cada semana. Esta situación no solo perjudica a los productores peruanos, sino que también supone un riesgo para la salud pública, debido a la falta de controles sanitarios adecuados. En ciudades como Juliaca y Puno, se estima que el 95% de los huevos consumidos provienen de este comercio ilícito.
Desde junio, el contrabando de huevos provenientes de Bolivia ha registrado un aumento considerable. Los cargamentos ingresan en camiones por rutas con escaso control aduanero, principalmente a través de la región de Puno, donde Juliaca se ha convertido en el principal centro de distribución. Desde allí, los huevos se distribuyen a otras regiones como Cusco, Madre de Dios, Tacna, Moquegua y Arequipa.
"El Gobierno peruano no actúa como debería en el control de la frontera, tanto en la zona como en los organismos que deben estar presentes, impidiendo el paso de productos bolivianos. En este caso, no solo se trata de huevos, sino también de otros productos de primera necesidad que están ingresando de contrabando, lo cual perjudica nuestra economía", comentó Alexei Jerí, de la Asociación de Productores de Huevos del Perú (APROHPERÚ), a RPP.
En una conferencia, los voceros de Aprohsur y Aprohnor explicaron que, semanalmente, ingresan aproximadamente 8.82 millones de huevos, distribuidos en 7.000 paquetes diarios. Este constante flujo de huevos bolivianos provoca pérdidas millonarias para la industria avícola peruana, estimadas en al menos S/ 3.3 millones por semana. Además, señalaron que el contrabando no se limita a los huevos, sino que también incluye carnes y otros productos alimenticios esenciales.
"Esta situación perjudica a las granjas nacionales, que han comenzado a abandonar su producción debido a la competencia desleal de productos bolivianos sin control sanitario, los cuales no pagan ningún tipo de impuesto", expresó José Luis Neyra, presidente de APROHNOR.
"El contrabando no solo afecta los ingresos de los productores, sino también la seguridad alimentaria del país. Además, este fenómeno socava los esfuerzos de las autoridades sanitarias para prevenir enfermedades como la gripe aviar, en un contexto donde la producción ya ha disminuido significativamente, pasando de 24 a 20 millones de gallinas ponedoras", añadió.
El impacto de este contrabando es múltiple. En el ámbito económico, la industria avícola peruana enfrenta una competencia desleal que deprime los precios y reduce la rentabilidad de aproximadamente 650 granjas nacionales. En términos de salud, los huevos ingresados ilegalmente eluden todo control sanitario, lo que aumenta el riesgo de salmonelosis entre los consumidores.
"Ellos reciben muchos subsidios, su costo de producción es mucho más bajo que el nuestro, además de que su IGV es solo del 13%. Entonces, ahora, por ejemplo, ¿por qué se ha acentuado este fenómeno y recién el gobierno boliviano está actuando? Porque a ellos les conviene más vender los huevos en Perú para obtener soles y así comprar dólares", manifestó Jerí, de APROHPERÚ, a RPP.
Identificar los huevos de contrabando es extremadamente difícil una vez que ingresan al mercado. Sin embargo, existen pequeñas pistas que pueden ayudar: "Es muy complicado identificar el huevo de contrabando. Si bien hay algunas diferencias con el nacional, como el color del cartón boliviano o los sellos que colocan las empresas peruanas en los huevos, una vez que están juntos en la tienda o mercado, ambos pueden contaminarse, incrementando el riesgo de salmonela. Incluso ya ha habido casos de gripe aviar", explicó el director de APROHPERÚ, Pedro José de Zavala.
