Este lunes da comienzo la primera fase de una actuación importante en el Prado de San Sebastián en la que se va a restaurar la zona de entrada a los jardines del Prado por la avenida del Cid . Se trata del cambio de la solería existente y su sustitución por adoquines de hormigón bicapa sobre solería de hormigón. También se realizará la recolocación y sustitución de piezas de peldaños de granito dañadas en los pasillos laterale s y la reposición de las piezas de losas dañadas en los paramentos de la fuente y en la solería de la zona central más próxima a Diego de Riaño. Para esta primera la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sevilla destinará un presupuesto 253.281 euros. Con estas reformas se busca mejorar la accesibilidad y una infraestructura verde que ha estado abandonada . No es una actuación solo estética, sino que va más allá, pues se acometerán las obras con unos criterios medioambientales. La actuación tendrá tres fases más con un coste total (el de las cuatro fases) superior al millón de euros . Entre las medidas que se llevarán a cabo se implantará un suelo integral para un mantenimiento y crecimiento adecuado de los árboles . En ese sentido, la idea es evitar el ahogamiento que padecen las raíces de muchos ejemplares actualmente por el excesivo albero en las mismas. Esta iniciativa en el Prado de San Sebastián se ha enfocado en lograr, a través de varias fases de ejecución, la mejora de la accesibilidad en estos espacios públicos, la eficiencia en el uso del agua , como recurso escaso, el reto ante el cambio climático y el incremento de la salud y de la viabilidad del arbolado establecido. También de las futuras plantaciones mediante la intervención en los alcorques y pavimentos que se encuentran en el área de influencia y afección del anclaje de los ejemplares (raíces). Por otra parte, se hará una renovación de acerados y encintados anexos a la alineación de arbolado , ampliando el espacio radicular y eliminando las piezas en contacto con el arraigo. Se trata de una remodelación de encintados de alcorques y aportes de tierra vegetal, puesto que el elemento fundamental que condiciona el desarrollo y la óptima vitalidad del arbolado es el edáfico. Es decir, a las características del suelo, como su composición, estructura, pH, y capacidad de retención de agua, que afectan al crecimiento de plantas y otros organismos que dependen del suelo. El crecimiento y funcionalidad del sistema radicular depende en mayor medida de su interacción con los elementos del entorno (condiciones hídricas, nutricionales y mecánicas) que de su genética. Así pues, resulta esencial para la seguridad y adecuado estado del árbol , la eliminación de los elementos constructivos que ejerzan un 'efecto barrera', restringiendo la expansión de raíces o dañando por contacto directo, o solapamiento, partes del sistema radicular o del cuello del tronco. La calidad del suelo es clave para que las raíces de las plantas puedan crecer bien. Las raíces solo se desarrollan en zonas donde hay suficiente oxígeno (más del 10%). Si el oxígeno baja del 3%, las raíces pueden morir. Por eso, el suelo ideal tiene que tener una buena porosidad , ya que debe haber suficiente espacio para el aire (20-35%) y para retener agua (15-20%). Asimismo, necesita contar con un drenaje adecuado , pues el agua debe filtrarse a una velocidad de unos 6 cm por hora. Además, ha de haber valores óptimos de pH , es decir, un máximo de 7 (neutral) y una conductividad eléctrica baja (máximo 2dm/m) para que las plantas puedan absorber nutrientes sin problemas. Todo esto debe permitir que las raíces penetren fácilmente. La mezcla ideal de suelo es 60% de arena de río, 30% de compost y 10% de tierra natural. Igualmente se realizará la restauración de la zona de acceso, sustituyendo la superficie de albero compactado por adoquines sobre subbase de zahorra , que es un material compuesto por piedras, grava y arena. Se trata de la sustitución de albero compactado por pavimentos permeables o adoquinados dentro del área de afección y anclaje radicular del arbolado. Las principales características físicas que hacen idóneo al albero para fines constructivos son su alta capacidad de compactación y su bajo grado de hinchamiento. Según lo expuesto anteriormente, son estas mismas propiedades las que limitan el desarrollo radicular en este material , puesto que implican la limitación del coeficiente de difusión del terreno, es decir, la porosidad, y con ello, la disponibilidad de oxígeno y de circulación y de retención de agua. La extrema compactación que alcanza puede incluso provocar encharcamientos , impidiendo la infiltración, y provocando anegación superficial, y, con ello, la asfixia y disfuncionalidad de la parte hipogea del árbol. Además, teniendo en cuenta la naturaleza caliza del albero, con un elevado contenido en carbonato cálcico, eleva el pH del suelo por encima de los valores recomendables, sumado a cierta salinidad por su origen marino, ambos factores restrictivos para la salud y vigor de la mayoría de las especies de árboles y palmeras, poco tolerantes a estos parámetros químicos a nivel del sustrato (salinidad y alcalinidad). La concurrencia de estas propiedades perjudiciales implica que el albero compactado sea una capa fitotóxica , limitante para el desarrollo vegetal , tanto para el establecimiento y funcionalidad de la cabellera absorbente como para la penetración y colonización de las raíces leñosas, inadecuada por tanto para la viabilidad del sistema radicular por la inhibición de su crecimiento, de manera que es recomendable la eliminación progresiva de este material calizo en las zonas de previsible presencia y expansión del arraigo. A medio y largo plazo, se ha proyectado la ejecución de otras actuaciones con el objetivo de incrementar la infraestructura verde, incidiendo especialmente en la ampliación de la cobertura arbórea , mejorando las características del terreno disponible para el desarrollo del arbolado y fomentando el espacio de desarrollo radicular, también en profundidad, mediante la incorporación de suelos estructurales (para propiciar el crecimiento y mantenimiento de los árboles), superficies permeables y pavimentos suspendidos sobre lechos de grava o celdas plásticas.