Las noches en algunos reservados de Marbella ya no son lo que eran. Al menos, en esas mesas destinadas al lumpen de camiseta brillibrilli, tatuaje hortera y mucho selfi con cara de malote, ese que habla español y chapurrea árabe e italiano . Faltan Álex di Francesco Ovejero y Omar Nasr Guerrero , inseparables en la juerga y en el crimen. Son uno de los epítomes de cómo, casi siempre, la mugre del latrocinio queda impune y se ríe de sus víctimas y de sus captores. El primero de ellos está considerado uno de los mayores expertos en reventar cajas fuertes, como viene informando ABC desde 2017. Lo último que se supo del 'Italiano', como se le conoce en el mundillo (es hijo de Stefano di Francesco, exdiputado en el país transalpino), es que cumplía condena en Alemania. Ahora que lleva libre dos años, sus cuentas pendientes en España han vuelto a saltar a la palestra . Este diario ha podido saber que tiene una decena de requisitorias judiciales en vigor, entre las que son por personación y las de captura. Las fuentes consultadas, de toda solvencia, apuntan a que estaría en Italia, donde cuenta con una red familiar y social consolidada. De hecho, allí es donde la Policía cazó hace dos meses a uno de sus esbirros, Carlos La Mola Navarro, madrileño de 36 años. Este último lleva más de una década asaltando joyerías, restaurantes, gestorías, inmobiliarias y lo que se tercie, en lugares tan lejanos de su casa como Cataluña. Di Francesco Ovejero es también hijo de una abogada española y tiene un piso en propiedad en San Sebastián de los Reyes, junto al centro comercial Alegra. Este diario ha podido saber que, en la actualidad, esa vivienda la tiene alquilada. Criado en una familia acomodada de Chamartín, poco tiene que ver en sus orígenes con otros colegas como el Niño Juan (Orcasitas) o uno de sus maestros (además de Juan José Vela Martín 'el Mongolo', quien regentaba una pizzería de Mejía Lequerica): el Niño Sáez, asesinado en mayo de 2017 en su barrio, Puerta del Ángel, y cuyo crimen en un ajuste de cuentas a tiros es un misterio. Álex es frío, utiliza a su banda para que sean los que se pringuen las manos y, según algunos policías que han participado en alguna de sus 30 detenciones, «es un sujeto avaricioso y muy desconfiado, pero muy fino en su manera de trabajar, quizá el que más en este gremio, pese a no ser el más conocido a nivel popular». Con Omar, por ejemplo, se llevó 100.000 euros de la caja fuerte de una inmobiliaria de la Costa del Sol. Fueron apresados pero quedaron libres, como casi siempre. El robo con fuerza no deja de ser un delito 'menor' para la legislación española, siempre que no haya violencia de por medio. Aquello ocurrió en la primavera de 2017, tras dos años pisándoles los talones la UDEV Central. Solo estuvo en el calabozo el tiempo que tardó en vender su todoterreno Mercedes y pagar con ese dinero los 50.000 euros de fianza. Luego, comenzó a viajar frecuentemente a Alemania y Bélgica, siempre con su pasaporte italiano, pues tiene doble nacionalidad. En la mitad de 2019, perpetró dos robos en joyerías. Uno en Frankfurt y otro en julio de ese año en un establecimiento similar. En el primero dejó su ADN y los alemanes pidieron la colaboración de nuestra Policía, que les alertó de un viaje a Berlín en ciernes de Di Francesco, donde permaneció una semana. Sus idas y venidas a Centroeuropa se debían a sus contactos para preparar los golpes, pues en España estaba ya muy quemado. Le detuvieron cuando reventaba la caja fuerte con 45.000 euros en un hotel de Colonia con Omar Nasr, que regresó a Marbella. Pero Di Francesco fue condenado a tres años y medio por la joyería de Frankfurt y a más de un año por lo del hotel. En Murcia y Málaga le buscan los jueces por más fechorías.