En la noche de ayer el teatro Karl Marx se vistió con sus mejores atuendos y junto a reconocidos humoristas celebraron los 30 años de fundado el Centro Promotor del Humor (CPH). La fecha exacta en que se emitió la Resolución del Ministerio de Cultura que avala de manera oficial la creación fue el 3 de octubre de 1994. Desde entonces, y durante tres décadas, esta institución alberga en su catálogo a muchos de los grandes humoristas de la escena contemporánea cubana.
Dedeté no ha estado ajeno, ni al margen, de este gran suceso cultural, porque el CPH, más allá de agrupar, promover y desarrollar las propuestas del humor escénico, también ha contribuido, durante todos estos años, al desarrollo de audiovisuales, la publicación de literatura humorística con una apreciable lista de títulos, a talleres de creación y debate, eventos teóricos, la investigación, proyectos sociales y en lo particular, y lo que más nos concierne: a aupar las artes plásticas.
Desde el mismo inicio, e incluso antes de que existiera esta Resolución oficial de existencia, en el Primer Encuentro Nacional de Humoristas, Aquelarre 1993, en el teatro Mella, también tuvo lugar una exposición de humor gráfico que incluía autores de todo el país y de todas las publicaciones humorísticas, particularmente de dedeté, Palante y Melaíto.
Esta sana costumbre se mantuvo intacta durante estos años, sin contar que dentro de la convocatoria a los concursos, siempre estuvo presente la que invitaba a los creadores gráficos a ser parte del agasajo y la risa, porque el humor, al igual que el amor, está en todas partes.
Algunos de nuestros más prestigiosos artistas de la plática y caricaturistas (valga la redundancia) han sido distinguidos con el Premio Nacional de Humor, como es el caso de Manuel, Nuez, Juan Padrón, y Ares, este último en 2020.
Llevamos varios días, y quizá nos extendamos varios meses, celebrando los 30 años del Centro Promotor del Humor, que ha realizado una inmensa labor y merece ponderar a quienes nos han dado tantos momentos de risa y fértil pensamiento en horas difíciles.
No quiero extenderme más en elogios y exaltaciones que pueden llenar varias cuartillas. Solo quiero, desde este espacio que aún conservamos en nuestro querido JR, decir que dedeté agradece y vive orgulloso de haber navegado a la par de esta institución, de esta «señora» casa de tres décadas, donde el buen humor fue, es y seguirá siendo… ¡lo más importante!