La capital asturiana celebra este sábado una representación inédita, con sables de la época, del lance de sangre que el autor de 'La Regenta' mantuvo en 1892 con el escritor hispano-cubano Emilio Bobadilla
Oviedo salda su deuda con Clarín y le nombra hijo adoptivo cuando se cumplen 140 años desde que se publicó La Regenta
La historiadora Carolina Lasheras Díez lleva desde su época de estudiante buceando en cada detalle de la vida y la obra de Leopoldo Alas “Clarín” y se sabe de memoria datos, fechas y acontecimientos relevantes del autor de “La Regenta”. Su entusiasmo al descubrir que era un zurdo muy diestro en el arte de la esgrima y que llegó incluso a protagonizar un duelo de honor en 1892 con el escritor hispano-cubano Emilio Bobadilla incrementó aún más su interés por dar a conocer al gran público esa faceta menos conocida de uno de los escritores más importantes del siglo XIX.
Su participación en un proyecto sobre las calles de Oviedo con nombres de mujeres, entre los que no podía faltar Ana Ozores, la protagonista de “La Regenta”, le acercó aún más a su figura literaria. A la experiencia acumulada durante sus estudios de máster en el ámbito militar y la esgrima se sumó su descubrimiento de las referencias de Clarín a los duelos y las espadas en sus obras.
Su propuesta surge del trabajo de investigación que ha realizado sobre la figura de Clarín y su relación con la esgrima y los duelos y se basa en la documentación de la época, además del estudio de las técnicas biomecánicas de la esgrima y de los duelos del siglo XIX.
La historiadora no dudó ni un minuto en que el momento idóneo para homenajear al escritor era este año coincidiendo con el 140 aniversario de la publicación de su obra cumbre, “La Regenta”, una novela que ha marcado profundamente la cultura literaria y social de Oviedo y su proclamación como hijo adoptivo de la capital asturiana con la que saldaba una deuda histórica.
El homenaje será este sábado, día 5, a las 12 del mediodía, en el acto de entrega de los premios Gavdiosa que se conceden en su primera edición. A este evento han confirmado su asistencia los bisnietos de Clarín Ana Cristina y Leopoldo Tolívar Alas que recogerán un galardón como homenaje a su ilustre antepasado.
La ubicación elegida para la celebración del evento no es casual ya que se realizará en el salón de actos de la Biblioteca “Ramón Pérez de Ayala”, un lugar destacado en la obra de Clarín y que actualmente alberga la biblioteca personal del autor y el Archivo Tolivar Alas.
Sin embargo, no se trata de un acto de homenaje al uso. A la hora de plantearse su desarrollo Carolina pensó inicialmente en una ponencia hasta que se decantó finalmente por la recreación del lance de honor. Y, tras conseguir un sable en un anticuario, habló con sus compañeros de la Escuela de Esgrima Histórica y empezaron a dar vida a esa idea. Así surgió la puesta en escena de una representación inédita con la recreación del duelo a primera sangre entre Clarín y Emilio Bobadilla, un episodio real ocurrido en Madrid en 1892.
Esta será la primera vez que se representa a Clarín como esgrimista e incluirá las destacadas figuras de sus dos padrinos, Tomás Tuero y Armando Palacio Valdés, testigos del duelo e íntimos amigos del escritor.
“Yo veía fundamental la manera de presentar esta faceta desconocida de Leopoldo Alas, más allá de ”La Regenta“ y de toda su labor literaria. Creo que no hay que limitarse a hablar sobre la esgrima, sino que hay que verla. Eso es fundamental”, corrobora.
Los padrinos en los duelos tenían un rol crucial como era garantizar la equidad y tratar de evitar, en lo posible, que el duelo llegara a materializarse.
“En el caso de Clarín, literatos asturianos como Tomás Tuero y Palacio Valdés, actuaron como padrinos en algunos de sus enfrentamientos”, expone Carolina.
Para esta representación inédita hemos adquirido sables de duelo originales del siglo XIX a través de un anticuario. Estas armas, junto con el estudio de las técnicas esgrimísticas de la época y nuestra experiencia en esgrima, darán mayor autenticidad a la recreación del duelo
“El objetivo de este evento no busca únicamente destacar el lance de honor de Clarín, sino que también pretende ahondar en múltiples facetas del patrimonio cultural asturiano y español”, asegura a elDiario.es Asturias esta historiadora entusiasta del legado de Clarin, que preside la entidad cultural Gavdiosa que cuenta con su propia escuela de esgrima histórica en Asturias (Escuela Gaudiosa Esgrima Histórica-Asturias).
Para este evento específico han adquirido sables de duelo originales del siglo XIX a través de un anticuario.
“Estas armas, junto con el estudio de las técnicas esgrimísticas de la época y su experiencia en esgrima, darán mayor autenticidad a la recreación del duelo”, destaca.
Entre las motivaciones que están animando a la escuela a llevar adelante este proyecto está el hecho de que dos especialistas de la obra de Clarin, como son Yvan Lissorges y Jean Francois Botrel, elogiaron esta iniciativa, según comenta Carolina, quien les conoció durante la entrega de medallas de hijos ilustres de Oviedo.
Otro de los alicientes que ha descubierto y que aún le acerca más al escritor es la extensión universitaria, ya que Clarín fue uno de sus impulsores. Se da la circunstancia de que Carolina, junto a Juan Díaz, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Oviedo, dirige el aula de extensión universitaria en torno a la esgrima. “Esgrima e Historia: un recorrido armado a través de los siglos” es un programa docente de 25 horas que cuenta con la colaboración de docentes de la propia universidad además de expertos en la materia.
El interés de Clarín por la esgrima no fue un simple capricho o anécdota. La historiadora atribuye una importante influencia en despertar este interés en Leopoldo a su hermano mayor, Genaro Alas, un militar que estaba instruido en el manejo de la espada.
“El interés de Clarín por esta disciplina se refleja desde su juventud. A los 15 años, el personaje protagonista de su obra, que posteriormente interpretaba él mismo ante familiares y amigos, mencionaba su interés por la esgrima en relatos como ”Tres en una“ (1867) y describe la escena de un duelo a sable en el contexto de una lección de esgrima con el capitán Eleuterio”, explica.
Su obra maestra, “La Regenta” también contiene múltiples referencias a la esgrima, particularmente al sable. Incluso el personaje de Víctor Quintanar en su obra protagoniza un duelo, que iba a ser inicialmente con sables, ante padrinos, contra Álvaro Mesía.
Aunque los Reyes Católicos prohibieron los duelos en el siglo XV y la Iglesia los condenó previamente, la práctica resurgió en el siglo XIX, particularmente entre la élite además de periodistas y críticos literarios de la época, entre otros, donde se enmarca la ajetreada vida intelectual de Clarín. A pesar de las prohibiciones legales, el duelo seguía siendo un método común para resolver ofensas personales y mantener el honor, ante un sistema jurídico que no era capaz de resolver estas cuestiones de protección del honor.
“En esa época, las salas de armas proliferaron y el manejo de la espada se convirtió en una habilidad esencial para quienes podían verse involucrados en un duelo. Clarín, como parte de este contexto social, estuvo vinculado a esta práctica tanto por sus intereses personales como por la influencia de la época”, señala Carolina.
Clarín no estaba solo en su afición por la esgrima. Autores como José de Espronceda, Quevedo, Calderón de la Barca, y más tarde, Ramón Campoamor, Ramón del Valle-Inclán o Benito Pérez Galdós, compartían esta habilidad o la reflejaban en sus obras, demostrando cómo la esgrima y el duelo estaban profundamente ligados a la vida cultural de los intelectuales del momento. Con muchos de ellos, mantenía una estrecha amistad.
La historiadora analizó algunos parámetros como la altura, edad, destreza, estado físico, salud, e incluso la miopía que afectaba a Clarín frente a la juventud de Bobadilla y, con estos elementos, sostiene que se puede vislumbrar cómo pudo haberse desarrollado el enfrentamiento.
Aunque no se han encontrado las actas oficiales del duelo, las reseñas periodísticas de la época y el código del Marqués de Cabriñana le proporcionaron un marco normativo adecuado para entender las reglas que regían el lance. La prensa de entonces informa que hubo varios asaltos y tocados y que el duelo fue suspendido tras una leve herida en la boca que sufrió Clarín.
El duelo, desde el punto de vista esgrimístico y biomecánico, presenta detalles interesantes que nunca habían sido analizados. Entre otros, se puede colegir que Clarín escogió el sable, un arma rápida y versátil, que permite ir de estocada pero principalmente de corte, por lo que eminentemente era más segura e interesante para batirse en duelo.
También confiaba en su ventaja como zurdo, según manifiesta la historiadora, ya que un diestro no suele estar acostumbrado a combatir con un zurdo, mientras que a la inversa sí es habitual. Además Clarín estaba instruido en la esgrima gracias a las lecciones del maestro de armas Garnier, en la calle Uría de Oviedo, a escasos metros de donde él también vivía.
Además de la obra del escritor y crítico literario la investigación incide en su vertiente profesional como profesor de derecho en la Universidad de Oviedo. Este dato, sumado al estudio de la psicología de Clarín a través de sus escritos, cartas y obras literarias donde hace referencia a la esgrima y los duelos, ha revelado una faceta compleja de un hombre que siendo docente y conocedor de la jurisdicción, se encontró realizando “un acto ilegal en las afueras de Madrid, lejos de la mirada pública”, subraya.
La recopilación exhaustiva de información sobre el duelo entre Leopoldo Alas Clarín y Emilio Bobadilla, contextualizada en el marco histórico del siglo XIX español y fundamentada en los orígenes del duelo, le ha permitido reconstruir, por primera vez en España, un evento que, lejos de ser anecdótico, ofrece una oportunidad única para revivir aquel lance de honor.
Para complementar esta investigación, Carolina ha preparado un vídeo introductorio que recorre la relación entre Clarín y Bobadilla, haciendo hincapié en la obra “Escaramuzas”, prologada por Clarín, y en los paliques publicados por ambos en “Madrid Cómico”, simiente del enfrentamiento entre ambos que dio lugar a un intercambio que se prolongó durante meses.
A lo largo de su investigación, el análisis de cartas personales de Clarín, dirigidas a amigos y allegados le ha permitido entender mejor la opinión que su círculo cercano tenía de Bobadilla, quien utilizaba el pseudónimo de Fray Candil.
Clarín lo introdujo con rapidez en el mundo literario, llegando a referirse la prensa de la época como “el Clarín de América”, debido a las similitudes que veía entre ambos, tal y como menciona el propio Clarín, en el prólogo de “Escaramuzas” de Fray Candil, donde reconoce que se asemejan en sus defectos pero que “en el pecado llevan la penitencia”.
Carolina avanza en sus explicaciones con entusiasmo y admiración. Dice que le resulta fascinante comprobar cómo Clarín, años después, que había rechazado enfrentarse con la armada cuando lo desafiaron en Oviedo, aceptó batirse con Bobadilla. Este hecho resalta la importancia que Clarín le daba a Bobadilla, pues decidió ir hasta Madrid para el duelo, ya que Bobadilla se negaba a acudir Oviedo, lo que sorprendió incluso a Sinesio Delgado, director de “Madrid Cómico”, o a sus allegados que no entendían el valor que le estaba dando Clarín a aquel joven hispano-cubano.
Su exhaustiva investigación no acaba aquí. Carolina sigue buceando en documentación para conocer otros posibles duelos en los que Clarín pudo haber participado, y este enfoque, a través del prisma de la esgrima, le permitirá descubrir una faceta menos conocida del autor. Está convencida de que su interés y conocimiento por la esgrima enriquecerá no solo la programación cultural asturiana, sino también el conocimiento que se tiene de Clarín a nivel nacional e internacional, fortaleciendo su legado más allá de las letras.
Si de algo está especialmente orgullosa la historiadora es del apoyo que ha recibido por parte de la familia del escritor que este sábado la acompañarán en el acto. Es el mejor homenaje que, para ella, podía tener el autor de “La Regenta”.