Como era previsible, la resistencia de Hizbulá a la incursión terrestre de las tropas israelíes en el sur del Líbano, un terreno donde la milicia chiita tiene su bastión y donde durante dieciocho años se había estado preparando para escenario como el actual, está recrudeciendo los enfrentamientos con el paso de las horas. Los combates entre las fuerzas israelíes y la milicia proiraní se cobraron la vida de al menos ocho soldados israelíes en el segundo día de la incursión terrestre del Ejército israelí, y al menos dos más fueron ingresados en hospitales israelíes en condición grave, según los datos disponibles al cierre de esta edición. Fuentes militares israelíes informaron en la mañana de este miércoles del refuerzo con unidades de infantería y blindadas del contingente que combate en suelo libanés.
La milicia del partido chií libanés informó este miércoles en redes sociales de la destrucción de tres carros de combate israelíes tipo Merkava cuando se dirigían a Maroun el Ras y Adaissé, una localidad de mayoría chií situada cerca de la frontera con Israel. Antes, Hizbulá había dado cuenta de los enfrentamientos con soldados israelíes “infiltrados” en el mismo municipio del distrito de Bint Jbeil asegurando haber causado “bajas” en las filas enemigas y forzado la “retirada” de aquellos.
Por primera vez desde que los soldados israelíes anunciaron el inicio de la operación terrestre, el Ejército libanés reconoció en el mediodía de este miércoles que patrullas israelíes habían cruzado la frontera con una profundidad “de en torno a 400 metros”. Además, los mandos militares libaneses confirmaban que un soldado resultó herido a causa de un bombardeo ejecutado por un dron en una carretera situada en los alrededores de Kawkabaa, precisando que el militar participaba en trabajos para “abrir la carretera que conecta Marjayún y Hasbaya” con el objetivo de “garantizar el paso de los ciudadanos” que huyen de los ataques israelíes.
Al margen de los combates que se libran sobre el terreno, Hizbulá siguió respondiendo a los bombardeos israelíes con el lanzamiento de cohetes -hasta un total de 40- hacia la región de Galilea que no causaron víctimas mortales. Durante la tarde las sirenas volvieron a activarse en las comunidades del norte de Israel. Durante la tarde, la milicia apéndice de Irán en Líbano reivindicaba dos ataques más en el norte de Israel: uno contra los soldados israelíes en la colonia de Abirim y otro contra un grupo de soldados israelíes entre Misgav Am y Kfar Jalaadi.
Entretanto, las FDI continuaron este miércoles bombardeando distintas zonas del Líbano, principalmente el sur y el este y los suburbios meridionales de Beirut, con Dahiyeh, el bastión chií, en el centro de los ataques israelíes en la capital. Fuentes de las fuerzas israelíes cifraban en 150 el número de “infraestructuras” golpeadas pasadas las tres de la tarde de ayer. Con todo, desde Hizbulá no se reconocen bajas en sus filas desde el pasado 27 de septiembre.
Por otra parte, los avisos de los mandos militares israelíes obligaron a las poblaciones de nuevas localidades del sur libanés a evacuar. Un ataque de la aviación israelí registrado a mediodía contra un centro médico vinculado al Comité Sanitario Islámico, perteneciente a Hizbulá, en la localidad de Aitaroun, en el distrito de Bin Jbeil, dejaba seis paramédicos muertos. Durante la tarde la aviación israelí bombardeó también zonas del valle de la Becá como Douris.
Un miembro de las fuerzas de seguridad libaneses y sus padres murieron en un bombardeo israelí contra una casa de la localidad -de mayoría cristiana- de Debel, en el sur del país. En la noche del martes al miércoles, de acuerdo con la Protección Civil libanesa los bombardeos israelíes contra el distrito de Jnah en Beirut causaron la muerte a cuatro personas además de incendios y daños materiales. Según el Ministerio de Sanidad libanés, a falta de un balance sobre la jornada de ayer, los ataques israelíes contra intereses de Hizbulá en el conjunto del país en la jornada del martes dejaron al menos 55 muertos.
Además, las FDI volvieron ayer a golpear en Damasco, según reportó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y confirmó la agencia SANA, con el resultado de tres muertos y al menos otros tantos heridos. Y sin que Tel Aviv haya confirmado el objetivo de los bombardeos, aunque es frecuente que las fuerzas israelíes bombardeen en Siria para impedir la salida de armas con destino a Hizbulá y el establecimiento de bases iraníes.
El jefe del Estado Mayor de las FDI Herzl Halevi aseguró en una visita a la Fuerza Áerea que sus tropas tienen “la capacidad de golpear en cualquier parte de Oriente Medio”. “Los enemigos que aún no se hayan dado cuenta de ello lo entenderán pronto”, zanjó el máximo responsable militar israelí.