El Ejército israelí reiteró este martes que “no permitirá que el 7 de octubre vuelva a ocurrir” tras desatar una nueva invasión de Líbano y manifestó que la ofensiva terrestre está dirigida contra “la amenaza que supone Hezbolá” para los residentes en el norte de Israel.
“No permitiremos que el 7 de octubre vuelva a ocurrir en ninguna de nuestras fronteras”, dijo el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, en referencia a los ataques ejecutados hace cerca de un año contra el país por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas.
“Continuaremos haciendo todo lo necesario para que los ciudadanos de Israel puedan regresar a sus hogares en paz y seguridad“, dijo en unas declaraciones publicadas por el Ejército a través de su cuenta en la red social X, en las que ha insistido en que la invasión se basa por ahora en “redadas limitadas y selectivas” contra Hezbolá.
Así, argumentó que “estas redadas terrestres localizadas tienen como objetivo los bastiones de Hezbolá que amenazan las ciudades, kibutz y comunidades en la frontera” y recalcó que el grupo armado “convirtió las localidades libanesas situadas cerca de asentamientos israelíes en bases militares preparadas para un ataque contra Israel”.
“Hezbolá planeaba usar esas localidades como base para una invasión terrestre de Israel similar a la masacre del 7 de octubre”, dijo Hagari, quien insistió en que el grupo había planificado “irrumpir en casas” y “masacrar a hombres, mujeres y niños inocentes, en lo que llamaban ‘la ocupación de Galilea“.
Hagari denunció además que la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada en 2006 antes del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hezbolá tras el último conflicto, exigía que el grupo no contara con milicianos, bienes o armas al sur del río Litani, donde fueron desplegados ‘cascos azules’ de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL).
En este sentido, ha argüido que “Hezbolá es, 18 años después de la aprobación de la resolución 1701, el principal ejército no gubernamental del mundo, mientras que el sur de Líbano está inundado de terroristas y armas de Hezbolá”.
“Si el Estado de Líbano y el mundo no pueden alejar a Hezbolá de nuestra frontera, no tenemos otra opción que hacerlo nosotros”, remarcó. “Nuestra guerra es con Hezbolá, no con los ciudadanos de Líbano. No queremos dañar a ciudadanos libaneses y estamos dando pasos para evitarlo”, ha dicho, entre las denuncias por el gran número de víctimas civiles y la destrucción causados por sus bombardeos durante las últimas semanas.
Las palabras de Hagari llegan después de que Israel desatara una invasión en el país vecino y afirmara que se trata de una operación “selectiva y limitada” contra “objetivos terroristas e infraestructuras” de Hezbolá, argumentando que suponen “una amenaza inmediata y real para los asentamientos israelíes en la frontera norte”.
La anunciada ofensiva se enmarca en la operación ‘Flechas del Norte’, la campaña militar iniciada hace poco más de una semana contra objetivos de Hezbolá y se desarrollará “al mismo tiempo que los combates en Gaza y otras áreas”. Los ataques israelíes se han incrementado desde mediados de septiembre y han acabado con la vida de gran parte de la cúpula del grupo, incluido su secretario general, Hasán Nasralá, muerto el pasado viernes en un bombardeo en Beirut.