Humberto Ortega Saavedra, exjefe del Ejército de Nicaragua y hermano del actual dictador Daniel Ortega, falleció a los 77 años en la madrugada del 30 de septiembre. El Hospital Militar Escuela 'Dr. Alejandro Dávila Bolaños' confirmó su deceso tras sufrir un infarto. Ortega Saavedra había estado bajo arresto domiciliario desde mayo de este año y su estado de salud se había deteriorado progresivamente.
El Cuerpo Médico Militar informó que el exgeneral había sido ingresado al hospital con complicaciones graves de salud, incluyendo falla cardíaca y sepsis. Durante su estancia hospitalaria, su condición empeoró, presentando un choque cardiogénico que afectó su estado de consciencia. Ortega fue un destacado líder militar en el país, aunque su papel en la vida política nicaragüense había disminuido en los últimos años.
"El paciente Humberto Ortega Saavedra, de 77 años de edad, presentó paro cardiorrespiratorio, y luego de atenderlo con maniobras de resucitación cardiopulmonar no salió de tal condición, declarándose fallecido a las 02:30 am", indicó el Ejército en un comunicado.
Humberto Ortega Saavedra fue un militar y político nicaragüense, reconocido por ser uno de los líderes clave en la Revolución Sandinista que derrocó al régimen de Anastasio Somoza en 1979. Nacido el 10 de enero de 1947, fue uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y hermano menor del actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Durante su tiempo al frente del Ejército Popular Sandinista (EPS), Humberto Ortega trabajó para profesionalizar las fuerzas armadas nicaragüenses, transformándolas en una institución no partidista. Sin embargo, tras la derrota electoral del FSLN en 1990 frente a Violeta Barrios de Chamorro, decidió retirarse del poder político activo en 1995, dejando su rol como jefe del Ejército.
A pesar de su cercanía con el régimen sandinista, Humberto se distanció de las políticas autoritarias de su hermano Daniel en los últimos años, abogando por el diálogo y soluciones pacíficas a la crisis política que enfrentaba el país. Esta postura crítica lo convirtió en un personaje incómodo para el gobierno.
Humberto Ortega fue acusado de 'traidor a la patria' debido a su distanciamiento progresivo del régimen de su hermano, Daniel Ortega, y sus críticas públicas hacia las políticas autoritarias del gobierno nicaragüense. A pesar de haber sido una figura en la Revolución Sandinista y uno de los principales arquitectos del Ejército de Nicaragua, Humberto expresó su desacuerdo con la dirección del país bajo el liderazgo de su hermano.
Uno de los principales puntos de fricción fue la postura de Humberto a favor de una salida negociada y democrática a la crisis política de Nicaragua. A lo largo de los últimos años, el exgeneral abogó por el diálogo y criticó la represión violenta contra las protestas ciudadanas.
El régimen de Daniel Ortega y sus aliados utilizaron la acusación de 'traidor a la patria' para desacreditar a Humberto y restarle legitimidad, presentándolo como alguien que había abandonado la causa sandinista y se había alineado con las fuerzas que buscaban desestabilizar el país. Esta etiqueta de traición fue una herramienta política para mantener la cohesión interna del régimen y sofocar cualquier disidencia.