En un ataque casi idéntico al de la víspera, Hizbulá recibió este miércoles un nuevo golpe en sus feudos libaneses. Si el martes fueron ‘buscas’ con los que los miembros de la división militar de Hizbulá se comunican, por la tarde estallaron centenares de ‘walkie-talkies’ en toda la geografía del Líbano, desde el valle de la Becá, en el este y límites con Siria, hasta el sur pasando por los suburbios del sur de la capital. La organización no tiene dudas de que Israel, que no ha confirmado los sabotajes, está detrás de la mayor falla de comunicación de la organización proiraní desde su fundación en 1982 a instancias de la República de Irán. El 29 de julio Hizbulá había sufrido otro duro revés al ver cómo un dron dirigido por Israel asesinaba en su refugio en el barrio de Dahiyeh, al sur de Beirut, al número dos de la organización Fuad Shukr.
El balance de la segunda oleada de explosiones en dispositivos de comunicación de Hizbulá era de al menos 14 muertos y más de 450 heridos repartidos en los tres feudos chiíes –donde la organización dirigida por Hassan Nasrallah tiene mayores apoyos– del sur y el este de este pequeño país de 10.000 km2 además del bastión de Dahiyeh en los suburbios meridionales de Beirut. Solo en el valle de la Becá perdieron la vida tres supuestos miembros de Hizbulá.
En la víspera, la cadena de explosiones en ‘buscas’ en posesión de miembros de la organización chií se cobraba 12 vidas, dos de ellas de niñas, y dejaba en torno a 3.000 heridos, de los cuales dos centenares se encuentran en estado grave o muy grave. El ataque atribuido a Israel provocó escenas de caos en las calles de la capital, cuyos hospitales se vieron desbordados por la llegada de los numerosos heridos.
La población libanesa, consciente de que su voluntad no cuenta en esta guerra que libran desde octubre del año pasado Hizbulá, erigida en vanguardia del denominado Eje de la Resistencia comandado por Teherán, y las Fuerzas de Defensa de Israel, se resigna ante lo que pueda venir. En las últimas jornadas, desde el Gobierno israelí –y, de manera particular, la jefatura del Ejecutivo– se venía anticipando una acción que «cambiara el equilibrio de fuerzas en el sur de Líbano» en alusión a la retirada de Hizbulá de la zona y el regreso de la población del norte de Israel a sus hogares tras verse obligada a salir de ellos.
Finalmente, y de la manera menos esperada, Israel ha cumplido su amenaza golpeando primero en una acción con alto grado de simbolismo: no ha hecho falta que sus tropas penetren en suelo libanés para burlar el sistema de seguridad de Hizbulá. Los miembros de la rama militar de la organización –que Estados Unidos y la Unión Europea consideran terrorista– había dejado de usar teléfonos inteligentes con idea de evitar que sus comunicaciones fueran interceptadas por la Inteligencia de Israel. La vuelta al «modo analógico» ha sido letal para muchos de sus soldados.
Nadie es capaz de vislumbrar qué pasará en las próximas horas. Hasta ahora, a pesar de los golpes recibidos –la organización lleva sufriendo los bombardeos israelíes en el sur y el este desde hace casi un año–, Hizbulá ha sido incapaz de responder a Israel a la altura de las amenazas, pero podría estar preparando una acción militar a gran escala junto a su patrocinador iraní. Clave será en ese sentido el discurso previsto el jueves por el secretario general Nasrallah.
Además, Israel podría no darse por satisfecho con las acciones llevadas a cabo contra los depósito de armas y lanzaderas de misiles de Hizbulá repartidos por el sur y este del país –además de con las dos tandas de sabotajes en sus dispositivos de comunicación– en los últimos días y podría estar preparando una nueva invasión terrestre en Líbano, como ya ocurriera en 2006, para forzar a Hizbulá a alejarse de la frontera.
La situación de alta tensión que se vive en Líbano está provocando también movimientos en el ámbito de las relaciones internacionales. El príncipe heredero Mohamed bin Salman de Arabia Saudí anunció este miércoles en un discurso televisado que no establecerá relaciones oficiales con Israel –antes del 7 de octubre los esfuerzos diplomáticos de la Administración de Joe Biden estuvieron cerca de lograrlo– hasta que no exista un Estado palestino.
Además, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene previsto reunirse el viernes en Nueva York para abordar la crisis en el Líbano tras la explosión de los dispositivos de comunicación de Hizbulá. Por otra parte, según recogía el diario libanés L’Orient-Le Jour citando una fuente cercana al Ministerio de Economía, el Gobierno alemán ha suspendido los permisos de exportación de armas hacia el Estado de Israel.