Después del percance que sufrió ayer Máxima de Holanda con su vestido durante la celebración del Prinsjesdag, una de las citas más importantes de los Orange del año, la reina ha reaparecido esta tarde para presidir un acto de salud mental y ha vuelto a acaparar todas las miradas por su estilismo, sorprendiendo a todos los asistentes con uno de sus looks más arriesgados hasta la fecha.
Máxima de Holanda ha elegido para esta última ocasión un vestido literalmente arrugado con flecos de cuero por abajo, en color verde botella y de corte oversize. Según ha explicado Josine Droogendijk, el encargado del vestuario de la reina, ella ha elegido este original vestido para transmitir esta sensación: "La mayoría de las mujeres odian las arrugas, pero Máxima las busca con este vestido. Parece como si hubiera agarrado la prenda del fondo del cesto de la ropa sucia".
Se trata de un vestido de tela arrugada de la firma Natan y Máxima de Holanda lo ha combinado con unos zapatos de salón de la misma firma de tacón, a juego con el vestido, del mismo color verde. Además, como complementos ha escogido un anillo en forma de abeja y unos pendientes de piedras verdes en forma de flor.
