Gabriel Rufián advierte de una alianza de PP, Vox y Junts mientras que la coalición de Yolanda Díaz carga contra los independentistas por su "deslealtad"
Junts admite que cambió su voto para tumbar la ley del alquiler de temporada: “Si nos absteníamos, se aprobaba”
El voto en contra de Junts a una ley de los sindicatos de inquilinos para regular el alquiler de temporada ha provocado un importante enfado entre algunos socios del Gobierno. En concreto entre Sumar y Esquerra Republicana que con diferentes argumentos han tachado el movimiento que los independentistas catalanes hicieron a última hora, apenas tres minutos antes de la votación de la toma en consideración de la iniciativa.
“A mucha gente le parecerá menor en esta situación, pero con sus equivocaciones estratégicas, sus mezquindades y su estrecho clasismo, Junts alimenta los prejuicios del anticatalanismo presentes en buena parte de la sociedad española, también en la izquierda”. El portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón, escribió el martes estas palabras en sus redes sociales, poco después de que los de Carles Puigdemont tumbaran la proposición de ley en el Congreso.
La votación decidía únicamente si la Cámara Baja empezaba a tramitar esa norma, que busca tapar el agujero que según los sindicatos de inquilinos dejó la Ley de Vivienda a los caseros. Los alquileres de temporada son un subterfugio, dicen, para poder sortear el límite de precios que impone a las viviendas el texto aprobado en la pasada legislatura. Sumar ha sido durante las últimas semanas el grupo encargado de pilotar las negociaciones para sacarlo adelante, aunque la proposición también llevaba la firma de otros grupos como EH Bildu, Podemos o el BNG.
La coalición de Yolanda Díaz había negociado hasta ese mismo día con todas las formaciones. A primera hora de la mañana el resultado todavía era incierto y fuentes del grupo afirmaban que estaban peleando cada voto. El problema eran el PNV y Junts. Los de Carles Puigdemont desvelaron el sentido de su voto por la mañana: una abstención que allanaba el camino del 'sí' siempre y cuando el grupo liderado por Aitor Esteban terminase apoyándolo. Finalmente, dieron sus votos y dijeron que darían un respaldo “crítico” al texto y que después lo revisarían en el trámite de enmiendas. Con el apoyo de Coalición Canaria la votación estaba asegurada con un voto de margen.
Pero tres minutos antes de la votación, ha contado este miércoles Errejón, cuando ya sonaban los avisos en la Cámara Baja para llamar a los diputados al Hemiciclo, el portavoz de Sumar recibió una llamada de Míriam Nogueras en la que le confirmó que votarían en contra. “Cambiamos el voto cuando se nos avisó que con nuestra abstención facilitábamos la aprobación de la ley”, ha justificado este miércoles la diputada de Junts en una entrevista en RAC-1.
“Ayer Junts cometió un error estratégico, votó con quienes les quieren meter en la cárcel, con los rentistas y con las grandes inmobiliarias en contra de frenar los abusos del alquiler”, ha lamentado este miércoles Errejón en declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso. “Es importante en la vida tener palabra. Es importante matenerse fiel a la palabra dada porque si no se pierde toda credibilidad. Junts nos avisó cuando estaba sonando la sirena para votar. No es serio, no se le puede otorgar mucha credibilidad”, se ha quejado varias veces.
El ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, ha calificado la decisión de Junts de “inexplicable”. “La vivienda es el principal problema de este país. Se votaba una iniciativa para poner coto a los abusos que se dan con los alquileres de temporada. Hay asuntos que deben estar por encima de las estrategias políticas. Aspiro a que entremos en razón y podamos ofrecer las respuestas que demanda la ciudadanía”, ha dicho en declaraciones a los medios.
En privado, dirigentes de la coalición parlamentaria elevan incluso más el tono y consideran que lo sucedido el martes “no tiene nombre”. Y admiten que este tipo de movimientos hacen aún más impredecibles las votaciones en la Cámara y entienden que tendrán que trabajar “el triple” para sacar cada iniciativa, más aún en un otoño importante para el Gobierno con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado en el horizonte.
El enfado este miércoles también se ha notado en las filas republicanas. Tanto que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha aprovechado una pregunta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para cuestionarle sobre el futuro de la legislatura a la vista de movimientos como el del martes. “¿Cuánto va a durar?”, le ha dicho el portavoz.
La tesis de ERC, que Rufián defiende desde hace tiempo en el Congreso, es la alianza creciente entre el partido de Carles Puigdemont y el PP. Hoy lo ha dibujado del siguiente modo: “Hay un buen libro que dice que un fantasma recorre Europa. Hay un fantasma que recorre este hemiciclo, el de la derecha y la ultraderecha. PP, Vox y Junts”.
Por eso, ha preguntado al Gobierno qué pretende hacer para evitar situaciones como las del alquiler de temporada. “Usted dice que no se van a atrever, que no pueden ir con quienes pegaron a los catalanes el 1-O y con quienes niegan la nación catalana. Desconocen absolutamente la capacidad, la enorme capacidad mediática de blanqueamiento de esta gente”, ha sostenido Rufián, para concluir: “¿Qué harán ustedes? Y no me diga que va a pasar del Legislativo. ¿Qué pensaría de un paracaidista que a 10.000 metros dice que pasa del paracaídas? ¿Pensaría que es un mentiroso o un insensato?”. “Ese bloque ya está conformado y les saldrá gratis”, ha dicho.
En unas declaraciones en los pasillos del Congreso, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha centrado sus críticas no en Junts, sino en la incapacidad del Gobierno para atraer a los de Puigdemont a la mayoría de la investidura, un escenario que quedó en punto muerto, ha diagnosticado, cuando el PSOE decidió pactar con el PP la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
“Yo creo que el problema lo tiene un Gobierno que es incapaz de articular una mayoría democrática y plurinacional. Cuando Podemos entró en el Gobierno en la pasada legislatura, nadie creía en la dirección de Estado basada en una mayoría progresista y plurinacional, y fue un trabajo de hormiguita, un trabajo de mucho diálogo”, ha dicho. “El haber renunciado a la regeneración democrática, que era el hilo que podía articular esa mayoría en julio, es lo que hoy está teniendo como consecuencia que sea imposible articular esa mayoría para cualquier otra cosa”, ha añadido.