No es habitual que un candidato presidencial se embarque en un nuevo negocio privado las semanas previas a las elecciones, y menos aún que se trate de una aventura empresarial familiar, pero los acontecimientos de los últimos ocho años han demostrado que con Donald Trump no hay reglas. Menos de 24 horas después de que un hombre intentara asesinarlo en su campo de golf de Florida, el exmandatario anunciaba a bombo y platillo durante una retransmisión en directo en la red social X detalles sobre su nuevo proyecto de criptomonedas.
La entrevista estaba programada desde hace días, y la dirigió el influencer en el mundo financiero digital, Farokh Sarmad. «Es una de esas cosas que tenemos que hacer», defendía el expresidente, «nos guste o no», y añadía que «si no lo hacemos nosotros, será China quien lo haga». Al candidato republicano no parece preocuparle lo que muchos temen que sea un conflicto de intereses en caso de que regrese a la Casa Blanca.
Trump lleva nueve meses trabajando en esta aventura empresarial que anunció en agosto sin ofrecer muchos detalles. «Estamos abrazando el futuro de las criptomonedas y dejando atrás los grandes bancos, lentos y obsoletos», dijo entonces. Esta semana, aprovechando la atención que ha acaparado por su segundo intento de asesinato, el exmandatario aprovecho para compartir más información con los más de 90 millones de espectadores digitales que tiene la plataforma X sobre su nuevo reto empresarial que operará bajo el nombre de World Liberty Financial.
Es una apuesta conjunta con un buen amigo de la familia Trump (el inversor inmobiliario Steve Witkoff), sus dos hijos mayores (Donald Jr. y Eric, que fueron los encargados de compartir los detalles sobre el proyecto en el directo de X) y dos empresarios del mundo cripto, Chase Herro y Zachary Folkman.
Herro ha vendido muchos y diferentes productos a lo largo de su vida, desde marihuana, según el Financial Post, hasta «limpiezas de colon» para adelgazar. Su última apuesta ha sido Dough Finance, una aplicación blockchain que duró pocos meses y recientemente perdió cerca de 2 millones de dólares tras un ataque de piratería. El empresario de 39 años es la mente detrás del criptoproyecto del republicano, que según Eric Trump «promoverá la independencia financiera», y «hará que las finanzas vuelvan a ser grandiosas», añadió su hermano Donald Jr.
Los medios nacionales se han hecho eco de las palabras de Herro en una conferencia pasada en la que se autodescribió como «la dirtybag –la bolsa de la basura– de Internet» (en español se refiere a una persona inaceptable o desagradable), asegurando que los reguladores deberían «echar a idiotas como yo». En 2018, compartió un video en YouTube refiriéndose a las criptomonedas como un negocio en el que «puedes vender literalmente una mierda envuelta en una lata, cubierta con piel humana, por mil millones de dólares, que si la historia es correcta la gente la comprará».
Por su lado, Zachary Folkman consta como el líder de operaciones de la compañía de los Trump. El empresario dirigió en su día un proyecto llamado Date Hotter Girls que compartía seminarios en YouTube sobre cómo ligar con mujeres. En una entrevista que concedió en 2019, aseguró que «la proximidad es poder. Si puedes acercarte a las mejores personas que haya en el mundo, pueden ocurrir cosas grandes cosas gracias a todas las personas que ellos conocen, los conocimientos que tienen y su experiencia de vida». Folkman ha sabido a quién arrimarse.
La nueva World Liberty Financial está pensada para operar como una DeFi (Decentralized Finance, por sus siglas en inglés, un mercado monetario de finanzas descentralizadas). Que básicamente será una plataforma que tomará prestado y prestará criptomonedas, al tiempo que gana intereses. La diferencia con un banco es que no ningún intermediario que facilite las transacciones, todo se lleva a cabo digitalmente.
Según información compartida por Bloomberg News, la empresa tendrá «su propio token, llamado WLFI (que no será transferible ni generará rendimiento), que permitirá a los usuarios votar sobre cómo se ejecuta el proyecto», además, «alrededor del 70% de estos tokens se reservarán para personas con información privilegiada y el resto se venderá al público para recaudar dinero».
En su discurso de esta semana, Donald Trump, que en el pasado había renegado de las criptomonedas a las que llegó a calificar de «estafa contra el dólar», dijo que Estados Unidos sería la criptocapital del planeta». El problema es que, por su naturaleza, una DeFi no cuenta con controles de usuarios o movimientos por parte de ninguna autoridad central, por lo que «no hay nada que impida que los gobiernos extranjeros lo utilicen intensamente con la esperanza de ganarse el favor de la Administración Trump», apunta el medio digital Axios.
