Las restricciones al aborto en el estado de Florida, en Estados Unidos, han provocado que se retrase o directamente se niegue la atención en embarazos complicados, según un informe publicado el martes.
El trabajo, publicado por la ONG sin fines de lucro Physicians for Human Rights (Médicos por los Derechos Humanos), afirma que las restricciones al aborto en Florida -el tercer estado más poblado de Estados Unidos- "ponen en peligro tanto a los médicos como a las pacientes embarazadas en el estado".
Desde mayo, el aborto es ilegal en Florida después de las seis semanas de gestación, un plazo en el que muchas mujeres aún ni siquiera saben que están embarazadas.
Los médicos que contravengan la ley se enfrentan a penas de hasta cinco años de cárcel, así como a elevadas multas y al riesgo de perder su licencia profesional.
La prohibición se instituyó a raíz de que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló en 2022 la sentencia conocida como Roe vs. Wade, que otorgaba protección federal al aborto.
En la actualidad, 22 estados han impuesto algún tipo de limitación o prohibición del procedimiento, aunque algunos están sometiendo esas restricciones a votación, como en Florida.
Los residentes de Florida votarán en noviembre si añaden una enmienda a la Constitución del estado que proteja el derecho al aborto hasta la viabilidad del feto, el mismo criterio que se aplicaba en el caso Roe vs. Wade.
El nuevo informe, publicado a partir de entrevistas con 25 profesionales de la salud -entre ellos ginecólogos, obstetras, parteras y otros-, se conoce luego de la publicación de un artículo de ProPublica en el que se detalla la muerte de una mujer de Georgia que no recibió la atención oportuna tras sufrir graves complicaciones a causa de la medicación abortiva.
La prohibición del aborto en Florida tiene algunas excepciones, como casos de violación o incesto, peligro para la vida de la madre o deterioro irreversible de "una función corporal importante", y anomalías "mortales" del feto.
Sin embargo, el informe sostiene que la ley define mal las excepciones, lo que provoca retrasos o incluso la negación de la atención.
El trabajo también señala que restringir el aborto ha llevado a una mala y tardía gestión de los abortos espontáneos.
Los médicos que no quieren arriesgarse a enfrentar problemas legales terminan denegando el tratamiento, lo que alarga los tiempos de espera y puede provocar complicaciones.
"Es una situación difícil, hay que tratar de hacer lo que es legal pero también lo que es correcto", dijo un profesional médico.
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