El papa Francisco redobló la apuesta y exigió a los empresarios más importantes del mundo, así como a los líderes globales que promuevan la fe a través de las artes, los medios de comunicación y el entretenimiento. Además, repitió una de sus frases más famosas con un énfasis especial.
En el marco del Vitae Colloquium 2024, que reunió a referentes de las principales compañías mundiales, el sumo pontífice tuvo un encuentro privado donde se plantearon nuevos caminos de evangelización a través del rubro al que se dedica cada empresa.
Luis Quinelli, presidente de Vitae, contó que el papa Francisco les dijo que "hagan mucho más lío, más, más, más" y destacó su asombro ante la energía que "emana" el principal referente de la Iglesia católica.
El cónclave dará lugar a una serie de eventos llamados Vitae Fest, que funcionarán como "festivales de evangelización marcados por la música y el teatro". Las ediciones tendrán lugar en México y Los Ángeles, mientras que para el Jubileo de 2025 la fiesta llegará hasta Roma y se celebrará en la gran explanada del Circo Massimo.
Quinelli también anticipó que el líder del Vaticano accedió a participar en un documental que dará cuenta de las luchas y los retos de la juventud actual.
La nueva presentación del famoso festival en Argentina, Estados Unidos, México, España, Francia e Inglaterra para reflexionar acerca de los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones.
Los participantes manifestaron su compromiso con la Visión 2033 de la Vitae Global Foundation que busca alcanzar a mil millones de jóvenes con el mensaje de Jesús. Este objetivo sigue la Agenda 2033 que promueve el papa Francisco, fecha en que se cumplirán los dos mil años de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
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"En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la que acompañaba una gran muchedumbre.Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: 'No llores'. Acercándose al ataúd, lo tocó, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo: 'Joven, yo te lo mando: Levántate'. Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios, diciendo: 'Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo'. La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas".