Hasta este lunes 16 a las 17:00 horas, el dólar cotizaba en 19.22 pesos, casi un peso menos que la semana pasada.
Los defensores del presidente Andrés Manuel López Obrador se apuran a destacar los malos augurios de opositores que vaticinaban una tragedia por la aprobación de la reforma judicial que permitirá que ustedes voten en elecciones por jueces, magistrados y ministros.
En el otro extremo, los más críticos advierten que el impacto de la reforma judicial será permanente y de largo plazo, deteriorando paulatinamente la democracia y con ello, la economía nacional. Que por eso ya no estamos debajo de los 17 pesos por dólar.
Ni unos ni otros pueden explicar completamente el escenario del tipo de cambio actual.
Nadie puede hacerlo por completo, es un mercado tan líquido y con tantos participantes que compran pesos y dólares, que es imposible predecir su comportamiento.
Pero el dólar sí aflojó el ritmo por una razón lógica. Medio mundo espera que la banca estadounidense empiece a pagar menos intereses a los inversionistas y los ahorradores esta semana.
Sucede que mañana, el banco central de los vecinos, que es responsable por los dólares en el mundo, revelará esa decisión. Lo que esperan es que efectivamente baje su tasa de referencia que hoy se ubica entre 5.25 y 5.5 por ciento.
La bajará ante la supuesta reducción de la inflación y eso afecta a quien ahorra, pero a otros les aflojará un poco el cinturón, especialmente a los consumidores estadounidenses que hoy pagan tarjetas de crédito carísimas o que para pagar una hipoteca en estos días enfrentan altas mensualidades bancarias.
Desincentivados para poner su dinero allá, los inversionistas se anticipan a buscar en dónde colocarlo.
¿Qué hacen? Compran oro, por ejemplo ¿Ya vieron en cuánto está el Centenario? Los bancos en México lo venden por arriba de los 67 mil pesos. En Estados Unidos alcanzó un precio récord de 2 mil 582 dólares por onza, 68 dólares más que hace un mes.
También interesan los países relativamente estables que ofrezcan tasas más altas.
El Banco de México (Banxico), responsable de los pesos en circulación en todo el mundo, tiene una tasa de referencia de 11.25 por ciento. Perdonen la obviedad: Para invertir aquí hay que comprar pesos y como sucede con los aguacates, cuando aumenta la demanda, el peso gana valor.
Vaya, la razón por la cual el dólar se mantiene por debajo de 20 pesos es principalmente por el diferencial de tasas entre el Banco de México y la Reserva Federal. Ese diferencial podría estar a punto de ampliarse y muchos prefieren que les paguen una tasa superior al 11 por ciento.
Bajo la situación coyuntural de esta semana y lo que podría decidir la “Fed”, está la estabilidad macroeconómica de México que tiene dos pilares: las finanzas públicas y, principalmente, la independencia del Banco de México.
Hasta ahora, la Junta de Gobierno de Banxico, esa mesa de cinco personas que discuten frecuentemente sobre la economía nacional, está encabezada por Victoria Rodríguez Ceja.
Ellos tienen libertad de ejecución para subir o bajar la tasa de referencia, lo que ayuda a contener la inflación y mueve las tasas de los bancos comerciales, como Banorte o BBVA. Con eso influyen en toda la economía.
Hasta ahora, diputados y senadores mantienen sin cambios las reglas de operación de esta institución.
Perú, en medio de su inestabilidad política, mantuvo sin cambios las reglas del banco central, lo que le permitió a sus ciudadanos tener una economía relativamente funcional. Javier Milei, el presidente de Argentina que prometió “dinamitar” la institución equivalente en su país, hasta ahora solo ha aplicado violencia verbal en su contra.
El banco central de México tiene solidez e independencia. Si la presidenta electa Claudia Sheinbaum mantiene su palabra de tener un gobierno austero, ayudará además desde el Poder Ejecutivo a tener finanzas públicas sanas. Eso puede dar estabilidad de largo plazo a la moneda nacional.
Si al contrario, su gobierno eleva las deudas del Estado en la medida en que lo hizo su antecesor, estaremos en una situación muy complicada. Ni hablar de una propuesta de cambios al Banxico, eso cambiaría todo.