El nombre Demetrio Chávez Peñaherrera, alias ‘Vaticano’, volvió a reaparecer después de años, luego que un informe de ‘Cuarto poder’ revelase que según documentación de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp), el conductor de televisión Andrés Hurtado, conocido como ‘Chibolín’, es desde el 2019, representante legal de los bienes y manager de quien fuese considerado el narcotraficante más poderoso del Perú en la década de 1990.
De acuerdo a este poder otorgado a Andrés Hurtado, este se encuentra facultado para administrar los bienes muebles e inmuebles del sentenciado por narcotráfico. También puede realizar trámites bancarios y notariales, solicitar créditos a corto, mediano y largo plazo y constituir empresas en su nombre.
Asimismo, ‘Vaticano’ le otorga el poder de apersonarse ante los canales de televisión y radios a fin de representarlo como manager. "Para lo cual el apoderado podrá negociar, transar, pactar las formas y condiciones del contrato, los importes, formas de pago y demás condiciones que se estipulen", señala el documento al que también accedió La República.
La escritura pública en Sunarp data del 11 de junio del 2019. Demetrio Chávez Peñaherrera fue capturado en enero de 1994 en Cali, Colombia, y extraditado a nuestro país. En el 2016, quedó en libertad tras 22 años de prisión por tráfico ilícito de drogas.
En tanto, la Segunda Fiscalía Suprema Transitoria Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos abrió una investigación contra Andrés Hurtado por el presunto delito de tráfico de influencias, proceso que involucra a la fiscal Luz Elizabeth Peralta Santur, Javier Miu Lei e Iván Siucho Neyra.
Demetrio Chávez Peñaherrera nació el 16 de octubre de 1953 en Saposoa, en la región San Martín. Durante la década de 1990 fue conocido como ‘Vaticano’, el narcotraficante más poderoso del Perú, quien tuvo el control de la producción de pasta básica de cocaína en el valle del río Huallaga desde finales de la década de 1980 y principios de los años 1990, transformando la frontera con Brasil y Colombia en su centro de operaciones.
Tras años de actividad, fue capturado en 1994 por la policía colombiana. Se le atribuía haberle entregado cinco toneladas de cocaína mensuales al Cártel de Cali. Tras ello, fue extraditado al Perú y sentenciado a 25 años de cárcel por tráfico ilícito de drogas, daños contra la fe pública y falsificación de documentos en agravio del Estado. En 2007, su pena original fue reducida a 22 años luego que se eliminara el delito de traición a la patria.
En 1996, ‘Vaticano’ afirmó que sus actividades de narcotráfico eran hechas bajo conocimiento del entonces jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos. Afirmó que le pagó $ 50.000 mensuales para garantizar la tranquilidad de sus operaciones de narcotráfico, entre junio de 1991 y mayo de 1992. Tras la denuncia, contó que fue torturado, resultando con la clavícula rota y una herida en la cabeza.
El 13 de enero de 2016, tras cumplir la condena en el penal Miguel Castro Castro del distrito de San Juan de Lurigancho, fue puesto en libertad. En 2019, sus bienes los administró Andrés Hurtado, quien fue su apoderado. Asimismo, tuvo que pagar US$50 millones al Estado peruano como reparación civil.
