Portugal pidió este lunes ayuda a sus socios europeos para luchar contra incendios forestales en varios puntos del país que han dejado dos muertos, según el último balance de los servicios de protección civil.
Una persona murió carbonizada mientras que otra sufrió un ataque cardíaco, dijo la Autoridad Nacional de Protección Civil a los medios locales.
Una de las víctimas es un brasileño de 28 años que trabajaba para una empresa forestal. El hombre habría quedado atrapado por las llamas mientras intentaba recuperar unas herramientas, indicó la gendarmería, citada por la agencia de noticias Lusa.
El domingo, un bombero voluntario que luchaba contra el fuego cerca de Oliveira de Azeméis, en la región de Aveiro (norte), murió "repentinamente" durante una pausa para comer, informó el Ministerio del Interior.
Este lunes más de 5.000 bomberos estaban movilizados en todo el país, con el apoyo de unos cuarenta medios aéreos, según protección civil.
Los incendios forestales, que también dejaron varios bomberos heridos, quemaron casas, cortaron carreteras y obligaron a evacuaciones preventivas.
Portugal ha solicitado además "el apoyo del mecanismo europeo de protección civil" para obtener cuatro pares de aviones anfibios. El país ya cuenta con una treintena de aviones o helicópteros.
"Movilizaremos urgentemente ocho aviones de extinción de incendios", anunció en la red social X la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, agradeciendo a Francia, Grecia, Italia y España su "rápida reacción".
El Primer ministro portugués, Luis Montenegro, dijo en un comunicado que está siguiendo "la coordinación de la lucha contra los incendios" y que se mantiene "en contacto con sus socios europeos".
Los incendios más importantes se desataron en el norte y el centro del país, especialmente en la región de Aveiro, en aldeas cercanas al municipio de Albergaria-a-Velha.
Los expertos consideran que la multiplicación de las olas de calor, así como su creciente duración e intensidad, son consecuencia del cambio climático. La Península Ibérica es una de las zonas más afectadas por el calentamiento global.
