La delincuencia no se detiene. El último sábado 14 de setiembre una pollería ubicada en el distrito de Ate sufrió un violento asalto. La dueña del local. Soledad Campos Flores, dijo sentirse muy consternada con lo vivido en la madrugada del último fin de semana.
Ella exigió el apoyo de las autoridades para que haya más patrullaje de la policía nacional en esta zona, pues se ha hecho frecuente esta clase de asaltos.
De acuerdo a las imágenes de las cámaras de seguridad, a la puerta de esta pollería llegaron dos motos con una persona en cada una. Otras dos personas que estaban caminando se unieron a estos dos sujetos, sacaron sus pistolas.
Antes de ingresar al local; los delincuentes le robaron sus cosas a dos transeúntes que salían del local. A una señora le arrebataron su morral y la obligaron a entrar a la pollería. Otro señor también fue forzado a entrar mientras era apuntado por un arma por un sujeto que llevaba una capucha.
Acto seguido, los asaltantes ingresaron a la pollería. Todos los comensales se dieron cuenta de que se trataba de un asalto; así que varios sacaron sus objetos personales para que los ladrones los recojan. Los trabajadores solo atinaron a juntarse en la cocina y dejar que los delincuentes se lleven todas las cosas que quieran.
En cuestión de solo tres minutos, los hampones se llevaron todo de la pollería dentro de sus mochilas y también el dinero recaudado del negocio, y se retiraron a bordo de sus motocicletas.
Las cámaras de seguridad revelan que al momento del asalto no había tantos comensales presentes. Los asaltantes en todo momento les enseñaron sus pistolas para amedrentarlos y así evitar que pongan resistencia. Incluso, una cliente se puso a rezar a la hora del atraco.
El pasado 6 de setiembre, el propietario de un restaurante en la zona de Salamanca, Ate Vitarte, resultó herido de bala al intentar evitar un asalto en su local. El violento suceso ocurrió cuando un grupo de delincuentes irrumpió en el restaurante de comida rápida "Carlitos", ubicado en la cuadra 10 de la avenida Quechuas.
El restaurante, que apenas llevaba un mes en su nueva ubicación, ya había sufrido atentados similares en el pasado. Anteriormente, el negocio operaba en la calle Puquinas, también en Salamanca, pero se mudaron luego de ser asaltados en dos ocasiones y recibir amenazas de extorsión a través de WhatsApp.
