Indignación en Canadá por la historia que afectó recientemente a una adolescente, que estaba a punto de volar de regreso a su casa y fue expulsada del avión . El caso, plagado de irregularidades , saltó a los medios locales y ha generado una gran controversia, a la vez que ha permitido a muchos conocer mejor las normativas de viaje existentes para menores de edad. La protagonista de la historia es Camryn Larkan , que tiene 14 años y el pasado 30 de agosto tenía previsto viajar de Toronto a Victoria, donde vive, con la compañía canadiense Porter Airlines . Había estado allí unos días con su familia y regresaba sola a casa. Antes de que arrancara el vuelo, cuando ya estaba en su asiento fue invitada a salir del avión a pesar de que había efectuado sin problema alguno el check-in y los controles de seguridad previos. Como avanzó la CBC, personal de tripulación le dijo que por un problema de peso tenía que salir. « Pensé que iba a volver a mi asiento . Pensé que simplemente iban a coger mis maletas», explicó Camryn al medio local. Sus sensaciones cambiaron radicalmente cuando, al momento de bajar del avión, «vi que la puerta se había cerrado. Entonces fue cuando empecé a ponerme nerviosa». Afortunadamente, el padre de Larkan, que la había dejado poco antes en el aeropuerto, pudo ir a buscarla. «Si no, habría estado sola», lamentó ella, que acabó durmiendo en un hotel de Toronto esa noche. Al día siguiente pudo volar. A posteriori, portavoces de la aerolínea confirmaron que la salida de Camryn se debió a un problema de desequilibrio de peso, que obligó a echar a algunos pasajeros, pero aseguraron que no se tenía constancia de que la joven fuera una menor no acompañada. La tripulación pidió si había voluntarios para volar al día siguiente pero como no se ofreció ni uno, se acabó seleccionando a los pasajeros en función de las tarifas seleccionadas. «Nuestro equipo no sabía en ese momento que Camryn era menor de edad», aseguró una portavoz a la CBC. Fuentes de la compañía detallan que existe un plan especial para menores que viajan solos: es obligatorio para los menores de 12 años y, en todos los casos, está garantizado que los niños no pueden desembarcar. En este caso, sin embargo, los padres de Carmyn no conocían el servicio y la adolescente fue tratada, a la práctica, como un adulto. «Pusieron a mi hija en peligro», lamentó Catherine, la madre, que habla de « negligencia total » y que lamenta que la normativa vigente es «absolutamente ridícula» porque deja totalmente desprotegidos a los niños que no tienen el plan.