Vladimir Putin afirmó este jueves que Rusia estará «en guerra» con Occidente si los países miembros de la OTAN levantan el veto al uso de armas de largo alcance por parte de Ucrania para atacar objetivos en territorio ruso. «Los países de la OTAN ahora no solo están discutiendo el posible uso por parte de Kyiv de armas occidentales de largo alcance, sino que están tomando la decisión de involucrarse directamente en el conflicto ucraniano o no», deslizó el presidente ruso, en declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias TASS.
Las palabras de Putin se producen un día después de la visita conjunta a Kyiv del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores británico, David Lammy, con el objetivo de impulsar la ayuda militar a Ucrania. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que agradeció «el apoyo constante y fuerte» de Washington y Londres, viene exigiendo a sus aliados la autorización para el uso de misiles de largo alcance con los que atacar objetivos militares en suelo ruso y, así, frenar los bombardeos a gran escala.
Putin considera el hipotético levantamiento del veto como una «participación directa» de los socios de la OTAN en el conflicto. «Tomaremos las decisiones adecuadas en función de las amenazas que se creen contra nosotros», zanjó el jefe del Kremlin, que indicó además que este armamento occidental solo puede ser utilizado «por personal militar de los países de la OTAN» y que Ucrania no puede atacar territorio ruso sin los satélites de la Unión Europea o de Estados Unidos.
En la mañana del jueves, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ya había avanzado que la decisión de autorizar a Kyiv a usar este tipo de armamento «se tomó hace mucho tiempo y ahora simplemente están intentando formalizarla en el espacio público».
