Al obtener la tan anhelada corona del Miss Universe Costa Rica, el pasado martes 10 de setiembre, Elena Hidalgo Ramírez marcó la historia de los certámenes de belleza en Costa Rica. Ella tiene 32 años y es madre de Mila, una niña de 6 años, dos características que hasta hace dos años la imposibilitaban a participar en ese concurso.
No obstante, las reglas del Miss Universo cambiaron, convirtiéndose Elena en la primera mamá y mujer mayor de 30 años que representará al país en el certamen mundial de belleza.
Elena estudió Derecho, pero no le gustó; luego estudió Marketing Digital y ahora cursa la carrera de Nutrición. Recuerda que su primer trabajo fue en una tienda de celulares, pero hasta hace unos meses dividía su vida entre Costa Rica y México, pues trabajaba en el país azteca como modelo.
La reina, oriunda de San José y que vivió parte de su infancia en Limón, confiesa que le ilusiona mucho lo que viene; aunque sabe que tiene que aprovechar el tiempo al máximo, pues estará en una competencia muy reñida.
En una entrevista con La Nación, Elena Hidalgo habló de cómo será su preparación para el Miss Universo -que se efectaurá en México en noviembre-, de lo mucho que se ha esforzado por conseguir sus sueños y la ilusión que le produce ser una mamá empoderada.
—Yo participé en un concurso muy pequeñito de aquí, de Costa Rica, en este momento no recuerdo el nombre, pero ahí pude tener la visión más o menos de lo que era. De hecho, esa vez quedé en el top dos y bueno, ganó otra chica, entonces ya tenía la visión más o menos de cómo era.
—Yo creo que las mujeres estamos en nuestro momento, este es el momento ideal para que yo esté participando aquí. Soy madre, tengo 32 años. Hace 10 años tal vez no hubiera estado preparada, siento que no era el momento. Pero también, si hace 10 años me hubieran dicho que hoy iba a estar aquí, a los 32 y siendo mamá, no les hubiera creído. La inclusión y la oportunidad de la organización de que las madres podamos participar en ese momento fue lo que hizo que se me abrieran los ojos, fue como un despertar y yo dije tengo que hacerlo.
“Siento que este es el momento perfecto, es un momento en el que las mujeres podemos ser lo que queramos ser. Yo sé que todavía hay mucha tela que cortar y mucho trabajo por hacer en el tema de igualdad, pero en este momento nosotras tenemos muchas oportunidades: podemos estudiar lo que queramos, crear la familia que queramos y ser una reina de belleza y representar a un país tan hermoso, como Costa Rica, ante el universo”.
—Desde que yo estaba pequeñita veía Miss Universo y me llamaba mucho la atención ver a estas mujeres sobre ese escenario tan importante, siendo tan poderosas y caminando con tanta seguridad sobre la pasarela, con esos vestidos hermosos. Me llamaba mucho la atención verlas responder con esa seguridad tan grande y siempre me visualicé ahí en algún momento de mi vida.
“Sin embargo, pensé que no iba a suceder, porque las puertas se cerraron para mí en un momento de mi vida, que fue cuando me convertí en madre, pero cuando Dios tiene algo para uno, como dice el dicho: ‘Si no es para tí, ni aunque te pongas, y si es para tí, ni aunque te quites’... La verdad es que yo me traté de quitar por muchos años, pero aquí estoy, porque definitivamente era para mí. El camino no ha sido nada fácil, ha sido de mucho sube y baja, de mucha perseverancia, de decirme a mí misma: ‘Vamos para adelante, no te rindas’.
“Y por supuesto ha habido momentos en los que he dudado, pero mi autoestima y amor propio, en los que he estado trabajando por todo este tiempo, son la que me han dado la fuerza de estar aquí y no rendirme”.
Elena Hidalgo es la Miss Universe Costa Rica: ‘Como madres, muchas veces existen limitantes’
—Muy inquieta. Cualquier persona te lo podría decir, yo era juguetona, que necesitaba estar haciendo algo: pintando o patinando. Preguntaba todo, era muy curiosa y con una gran imaginación, me encantaba imaginar que iba de viaje, me gustaba jugar que era periodista, y que tenía mi propia revista.
“Ya en la adolescencia era muy soñadora y sí pensaba mucho con ser modelo; pero también estaba enfocada en los estudios. Esta fue una etapa complicada, porque yo era un adolescente atípica: llena de pecas, delgadita y alta, entonces me costaba mucho hacer amigos. Pero la verdad es que la recuerdo con mucha alegría”.
—En un momento de mi vida decidí no creerles a todas las personas que decían algún comentario feo acerca de mí, porque sí había mucho bullying, entonces decidí no creerles. Siempre tenía una voz en mi interior que me decía: ‘No les vamos a creer’, y creo que esa voz fue la que me salvó para estar hoy aquí y ser la mujer que soy.
“De todas formas, agradezco a todas las personas que en algún momento me dijeron algo así, porque yo creo que me prepararon para la vida, me dieron fuerza”.
—Me encantaría hablar con los niños, las niñas y los adolescentes sobre mi experiencia. No del lado de una víctima, sino desde el lado de la mujer que decidió hacer su propia heroína, pero también para que ellos tengan las herramientas para que esto no les afecte, porque el bullyng es muy duro... es muy duro.
—Le diría que nuestros sueños se están cumpliendo, que todos los anhelos de ese corazón se están cumpliendo. Que la amo muchísimo, que esa luz que brillaba cuando era niña sigue brillando, entonces que se sienta muy orgullosa.
—Yo creo que es una doble bendición y por eso creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar. Estoy aquí y sé que es por un propósito, y ese propósito es que todas las mujeres del mundo y de Costa Rica sepan que ser mamá no es un impedimento para nada y que nosotras no vamos perdiendo nuestro brillo con los años, al contrario, nuestro brillo crece y se maximiza si creemos en nosotras mismas y en nuestro poder interior.
—Hoy en día en la sociedad, lamentablemente, está muy marcado que hasta los 20 uno es joven, pero yo me siento joven con 32 años. Siempre me he sentido joven, yo siento que la edad es solo un número y que así sean 50 o 60 años, una mujer puede participar y empoderarse si cree en ella misma, porque la belleza al final viene de adentro y de nuestras convicciones, de nuestros valores, de cómo hagamos sentir a los demás y de la luz en nuestra mirada.
—Quiero mejorar todo. Soy muy visionaria y por eso siento que puedo mejorar en todo. Entonces, quiero mejorar mi inglés, mi pasarela, mi oratoria y mi espiritualidad, porque hay que estar fuerte para ir allá y ser una mujer equilibrada. Sé que si me enfoco día con día lo puedo lograr.
—No sé si perfeccionista es la palabra, pero siempre pienso que lo puedo haber hecho mejor. También por ahí me doy mis palmaditas, porque también hay que reconocernos cuando hacemos las cosas bien.
—Es una Elena totalmente evolucionada. Hay un cambio radical. Está totalmente evolucionada no solamente físicamente sino espiritual y emocionalmente, porque he crecido mucho. Ahora soy una mujer madura, soy una mujer que cree en ella misma, que fácilmente no me van a hacer sentir mal. He trabajado mucho en mi autoestima, en mi amor propio y en mi salud mental para sanar muchas cosas.
—Las ganas de salir adelante, las ganas de superarme. Este año estuve pidiendo un cambio, quería una nueva visión, y cuando me di cuenta de que en Miss Universe Costa Rica se abrieron las puertas para las madres y que la edad ya no era un límite, tenía una voz dentro muy fuerte que me decía que era mi momento.
“Cuando estaba embarazada muchas personas, incluso en mi familia, me decían que ya no iba a poder modelar y que tenía que dedicarme a otra cosa, entonces siento que esta corona y representar a mi país es resurgir de las cenizas como el Ave Fénix. Estoy viviendo un sueño que fue imposible por mucho tiempo.
—Sí, porque estaba en el mejor momento de mi carrera de modelaje, tenía apenas 25 años, entonces nadie se lo esperaba. Para mí, desde el primer instante, el embarazo y mi hija han sido una bendición maravillosa, ella ha venido a traer amor y luz a mi vida.
—Pues es un proceso complicado; sin embargo, yo tengo el apoyo de mis papás, que sin ellos no sería lo mismo. No puedo decirte que soy una mamá totalmente sola, porque sí tengo como un núcleo que me apoya muchísimo, pero claro que es complicado.
“Muchas veces me ha puesto a pensar: ‘¿Cómo será la otra parte?, vivir en una familia ideal típica, aunque siento que lo importante es el amor y el espacio que yo le doy a mi hija.
—Mila me decía: ‘Mamá, vas a ganar, vas a ser la reina’, y en los momentos en los que yo dudaba, porque pues, soy humana, ella me decía que yo iba a ganar y me daba fortaleza. Después de la coronación, cuando llegué a la casa me dijo: ‘Lo logramos, mamá’.