Iker Casillas ha llevado una vida bastante tranquila en los últimos años. Aunque sigue siendo una figura pública, ha optado por mantenerse al margen de la polémica y proteger su vida privada, un esfuerzo que ha sido notable en sus redes sociales, donde evita involucrarse en controversias o debates que podrían atraer atención no deseada. Este enfoque le ha permitido vivir más serenamente, lejos del foco mediático que marcó gran parte de su carrera futbolística.
Sin embargo, aunque Casillas busca la discreción, algunos detalles de su vida personal trascienden inevitablemente, sobre todo cuando se trata del primer hijo que tuvo con Sara Carbonero: Martín Casillas Carbonero. Nacido en enero de 2014, Martín parece haber heredado la pasión por el fútbol de su padre y ha comenzado a seguir sus pasos dentro del campo. A la edad de diez años, Martín juega como portero, la misma posición que consagró a su padre como leyenda en el Real Madrid y en la selección española.
Martín actualmente defiende la portería del equipo Benjamín A del Real Madrid. Anteriormente, Martín jugó en el equipo de fútbol de Pozuelo, un club modesto donde pudo empezar a desarrollar sus habilidades como guardameta. Tras destacar por su talento y dedicación, fue reclutado por las categorías inferiores del Real Madrid, comenzando en el equipo Benjamín B, donde siguió puliendo su técnica y adaptándose a la exigencia de una cantera de nivel mundial. Su reciente ascenso al Benjamín A es un claro indicativo de su progreso y de las expectativas que se tienen sobre él.
Lo que resulta interesante y llamativo en la trayectoria de Martín es la decisión de jugar bajo el nombre de "Martín Carbonero" en lugar de "Martín Casillas". Este detalle no ha pasado desapercibido, ya que podría parecer extraño que no utilice el apellido de su padre, una figura icónica del fútbol mundial. Es probable que esta decisión haya sido tomada con la intención de proteger a Martín de las inevitables comparaciones con la brillante carrera de su progenitor. Llevar el apellido Casillas en la espalda podría ser tanto una bendición como una carga, generando expectativas desmesuradas y una presión constante por estar a la altura de su padre. Utilizar el apellido de su madre, Sara Carbonero, parece ser un intento de permitirle forjar su propio camino en el mundo del fútbol, con mayor libertad y sin estar constantemente bajo la sombra del éxito de Iker. No es el primer futbolista que lo hace. Todos los hijos de Zidane, que pasaron por las categorias inferiores del club blanco, siempre aparecieron con el apellido de la madre en la web para no llamar la atención.