'Los primeros años de este siglo XXI eran días de 'vino y rosas' para el sector del ladrillo. Antes de que todo estallara por los aires aquel fatídico año 2008, los proyectos urbanísticos de todo tipo se repartían por todo el país. La estaciones de esquí no escapaban a este desenfreno, e incluso al abrigo de la construcción se quiso levantar todo un complejo invernal en la Vall Fosca que nunca llegío a ver la luz.
Al otro lado de la península, en la siempre sufrida (para los esquiadores) Cornisa Cantábrica, la Diputación de León prometía una inversión millonaria para la estación de esquí leonesa bautizado como 'Plan Regional de Ámbito Territorial en el Puerto de San Isidro'. Desde 2002 a 2008 pretendían levantar cientos de viviendas de alto nivel y nada menos que siete hoteles, además de u...'