El 17 de abril de 1883, la historia de una localidad bonaerense comenzó a escribirse como un espacio de progreso y multiculturalidad gracias a la visión de un hombre y una colonia agrícola formada por inmigrantes alemanes.
Esta particular ciudad es Tornquist, que incluyó tanto a llegados desde Alemania como a grupos de alemanes del Volga, convirtiéndose en un referente de integración entre el paisaje rural y el comercio, forjando un legado que perdura hasta el presente.
La historia de Tornquist comienza a gestarse en el siglo XIX, en una región previamente habitada por pueblos indígenas y utilizada como ruta de tránsito hacia el sur.
En 1865, el gobierno de la provincia de Buenos Aires decidió establecer una colonia agrícola en esta área para potenciar la producción de trigo y otros cultivos.
El nombre de la ciudad honra a Ernesto Tornquist, un empresario sueco-argentino que adquirió grandes extensiones de tierra en la región y fundó la colonia agrícola en 1883. Tornquist, con su visión emprendedora, compró terrenos e impulsó el desarrollo de la infraestructura necesaria para su crecimiento.
La estación de ferrocarril, inaugurada en 1886, fue clave para conectar Tornquist con Buenos Aires y otras localidades, facilitando el transporte de productos y personas.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la ciudad prosperó como un núcleo de actividad comercial y cultural, viendo la construcción de edificios públicos, escuelas, iglesias y un teatro.
Para llegar a Tornquist desde la ciudad bonaerense de Bahía Blanca en auto es necesario conducir por la Ruta Nacional 33 en un recorrido de poco más de 76 kilómetros en 1 horas y 10 minutos.
Por su parte, desde CABA hay una distancia de 589 kilómetros que se tienen que transcurrir entre la Ruta Nacional 3 y la Ruta Provincial 76. El viaje tiene una duración de casi 7 horas.