El futbolista chileno Cristóbal Campos sufrió, hace una semana, la amputación de su pie derecho tras un accidente automovilístico en la carretera del municipio de Talagante, en la región Metropolitana de Santiago de Chile, según informaron medios locales. El portero fue trasladado de inmediato a un hospital, donde se realizó exitosamente el proceso de reimplantación. Sin embargo, su futuro en el fútbol sigue siendo incierto.
Al respecto, La República entrevistó al doctor Mirko Tello Vinces, traumatólogo del Hospital Nacional Arzobispo Loayza (HNAL), quien detalló para este diario el tipo de intervención, que si no se realiza de inmediato, puede tener consecuencias graves. Asimismo, el especialista, explicó otros detalles sobre este tipo de intervención médica.
— ¿Qué es la reimplantación?
En general, los reimplantes para cualquier extremidad consisten en la recolocación del segmento amputado en su posición original. Cuando un traumatismo causa la separación de una extremidad, se denomina amputación. Si la amputación es adecuada, se procede a la reimplantación, un proceso en el que se reconectan las estructuras que permiten la funcionalidad, principalmente los vasos sanguíneos, como arterias y venas, así como el hueso y los tendones.
— ¿Este tipo de intervenciones médicas ponen en riesgo la vida de las personas y en qué situaciones sería?
Este tipo de lesiones suelen estar asociadas a accidentes graves, como los de tránsito o industriales. En primer lugar, es importante destacar que las cirugías de reimplante conllevan riesgos, como el sangrado o la infección. Sin embargo, una particularidad de estas intervenciones es que, cuando se trata de un segmento grande (como un brazo o una pierna) que ha sido reimplantado, el músculo que ha estado sin irrigación durante el tiempo de la amputación puede liberar sustancias tóxicas al reconectarse, lo que pone en riesgo la vida del paciente. Este proceso se conoce como rabdomiólisis, una condición que ocurre por la degradación del músculo debido a la falta de oxígeno.
— Entonces, es importante mencionar que el factor tiempo es fundamental para tener una exitosa cirugía
El factor tiempo es crucial en los reimplantes, ya que idealmente deben realizarse antes de las seis horas. Cuanto menos tiempo se tarde en llevar a cabo la intervención, mejor será el pronóstico y las condiciones del paciente. El resultado final está directamente relacionado con el tiempo transcurrido entre la amputación y la reimplantación. Mientras más se retrase el procedimiento, menor será la probabilidad de éxito y recuperación funcional.
— Bien doctor, y sobre el factor edad de un paciente que tiene este tipo de intervención, ¿también es importante?
La edad del paciente es un factor clave a considerar en los reimplantes. Los pacientes más jóvenes tienen una mayor probabilidad de sobrevivir y de tolerar tanto el trauma de la amputación como el reimplante. En cambio, los pacientes de mayor edad suelen tener menor capacidad de adaptación ante el trauma, lo que aumenta el riesgo de complicaciones. Por ejemplo, en casos de rabdomiólisis, los pacientes jóvenes suelen manejar mejor la liberación de sustancias tóxicas que los mayores, quienes son más vulnerables a las consecuencias de este proceso.
— Y sobre el portero chileno, Cristóbal Campos, si bien es un caso individual, ¿cuál sería su análisis respecto a la información que se tiene sobre su accidente?
Dado que el paciente es una persona joven, tiene mayores probabilidades de tolerar bien el reimplante. Es importante recordar que el éxito de la cirugía se basa en la reintegración de la extremidad al cuerpo. Sin embargo, cuanto mayor sea el segmento reimplantado, más difícil será que recupere completamente su funcionalidad. Desde un punto de vista funcional, las extremidades superiores, como el brazo o la mano, requieren un nivel de destreza mucho mayor en comparación con las inferiores. El paciente podría recuperar una función básica, como caminar, pero en el caso de un deportista, cuya demanda física es considerablemente más alta, será necesario evaluar a futuro cómo evoluciona su condición y si alcanza el nivel de exigencia que requiere su actividad profesional.
— ¿Para este tipo de operaciones tan complejas, ¿el avance tecnológico es un factor importante?
Es cierto que los avances tecnológicos facilitan varios aspectos de los reimplantes, pero el principal desafío sigue siendo el tiempo. A pesar de los recursos disponibles, la limitación más crítica es el acceso rápido a un quirófano equipado para realizar la cirugía. El éxito de un reimplante depende de actuar dentro de las primeras seis horas. Sin embargo, en muchos casos, por desconocimiento o debido a que los accidentes ocurren en zonas alejadas, el traslado oportuno del paciente resulta imposible, lo que disminuye las condiciones necesarias para que el reimplante sea exitoso.
— Luego de estas intervenciones, ¿qué otros factores se deben hacer o se recomiendan?
Este tipo de traumas exige la intervención de un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas de diversas áreas. Entre ellos, se incluyen traumatólogos, cirujanos vasculares y plásticos, además de otros profesionales médicos necesarios para abordar diferentes aspectos del tratamiento. También es crucial considerar el factor psicológico, ya que los pacientes enfrentan un fuerte impacto emocional tras la amputación y reimplante. Asimismo, la rehabilitación juega un papel esencial en el proceso de recuperación, ayudando al paciente a recuperar funcionalidad y adaptarse a su nueva realidad física. La colaboración entre todas estas especialidades es fundamental para lograr el mejor resultado posible.
— ¿Qué se debe hacer cuándo una persona es testigo de algún accidente que compromete la separación de alguna extremidad del cuerpo?
El segmento amputado debe ser transportado en hielo, pero siguiendo un procedimiento adecuado. En primer lugar, es crucial controlar el sangrado aplicando presión directa sobre la herida, evitando el uso de un torniquete que podría dañar aún más el área afectada. Con una presión adecuada, es posible detener el sangrado sin comprometer el tejido amputado.
En cuanto al cuidado del segmento amputado, debe colocarse dentro de una bolsa sellada. No es necesario que sea una bolsa estéril, ya que la zona de la amputación ya ha estado expuesta en el accidente, por lo que el riesgo de infección no es la principal preocupación en ese momento. Lo más importante es preservar la parte amputada, que debe ser colocada dentro de una bolsa sellada y luego en un recipiente con agua helada o hielo. Es fundamental evitar que se congele. Este método ayuda a reducir el metabolismo de las células y retrasa su degradación, lo que mejora las posibilidades de un reimplante exitoso.
El especialista detalló que en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza se realizan este tipo de intervenciones desde el año 2005; sin embargo, son más frecuentes las amputaciones de los dedos, por diferentes accidentes.
