Luis Raúl Estévez cada cuatro años ajusta sus vacaciones según el calendario de los Juegos Olímpicos. Cuenta con detalles sobre inauguraciones, resultados significativos de muchos de los deportes, nombres de atletas que han subido al podio en más de una ocasión y hechos curiosos. En este 2024, su espera tenía un fin especial —como el de casi toda Cuba y gran parte del orbe—: disfrutar de Mijaín López, «el animal», como le apodó desde Beijing 2008.
«En la casa no hay discusión cuando llegan las Olimpiadas para ver otro canal. El deporte es mi vida. Solo te digo que cada vez que se me fue la corriente sentía como si me dejaran sin aire. Del resto de los canales no sé porque realmente hace mucho tiempo las opciones de la televisión cubana me dejaron de interesar».
A más de 900 kilómetros de distancia de este espirituano, Osvaldo Izaguirre, en Santiago de Cuba, coincide en que las alegrías, y no tantas, de la delegación cubana transmitidas desde París le robaron las horas delante de la televisión. «Estuve pendiente del desempeño de nuestros atletas en varios deportes, pero el resto del tiempo la programación de verano pasó para mí este año sin penas ni glorias», enfatiza.
Que la transmisión de los Juegos Olímpicos París 2024 subió a lo más alto del podio de satisfacción de las propuestas de ese medio durante el verano en gran parte de la teleaudiencia del país no deja márgenes a las dudas. Una encuesta en los perfiles de las redes sociales Facebook e Instagram de este diario lo corrobora. Incluso, lo tienen identificado así los máximos responsables de la Televisión Cubana.
Cuantitativamente, también se ha confirmado ya que en esos días aumentaron considerablemente los registros de visualizaciones del canal Tele Rebelde. «Esas transmisiones constituyen uno de los resultados más significativos del verano. Esto ubicó a ese canal como el segundo más visto en esa etapa», reconoce Fe Maité Herryman Romero, directora de Contenido y Programación de la Televisión Cubana.
Pero más allá de deportes, atletas y el resto de propuestas llegadas desde París, gracias también a Sueño Olímpico, uno de los atractivos de la etapa estival, la programación televisiva incluyó otros programas en cada uno de los canales según temáticas, contenidos y destinatarios.
«La difícil situación económica por la que atraviesa el país ha tenido sin duda sus efectos en la programación televisiva del verano 2024, en tanto la producción y realización de nuevos espacios de producción nacional se vio limitada de forma considerable.
«No obstante, se hizo un esfuerzo en aras de lograr satisfacer, en lo posible, las expectativas de los televidentes. Como en años anteriores, se organizó teniendo en cuenta perfiles, demandas y recomendaciones de los públicos, limitaciones y condiciones productivas, así como la muy alta exposición a otras opciones televisivas por parte de los televidentes», aseguró Herryman Romero.
Justamente, cada uno de ellos —los más exigentes evaluadores— vivió su propia experiencia cuando decidió sentarse frente a su televisor. De manera general, una buena parte de los que compartieron sus criterios con este diario la calificaron de desacertada por predominar repeticiones y programas pocos atractivos.
«Las carencias tecnológicas y los precios inflacionarios atentaron contra la puesta en marcha de algunos proyectos», reconoció Herryman Romero, quien asegura que a pesar de todo ello, «se constata un elevado uso de la televisión tanto nacional como territorial durante la etapa estival, partiendo del hecho de que entre el 71,6 por ciento y el 95,9 por ciento de la población encuestada por el Centro de Investigaciones Sociales de la Radio y la Televisión, refiere haberse expuesto en algún momento al medio televisivo de lunes a domingo».
El manzanillero Antonio Trillo no se contuvo de opinar en la encuesta que lanzó este diario en su perfil de Facebook para pulsar la opinión sobre la calidad de la programación televisiva durante el verano. «Apenas se pudo ver algo por los constantes y largos apagones, fundamentalmente en horarios estelares». La compleja situación electroenergética del país afectó tremendamente.
«Incluso, aunque hay espacios como las telenovelas, que repiten en más de un momento del día, resulta imposible de seguir lo que ponen», alega Marta Acosta, trabajadora de la Industria Alimentaria en la urbe del Yayabo. Y añade: «Cuando tienes servicio eléctrico debes priorizar las tareas del hogar, sobre todo en la cocina. Y en la madrugada, que reponen otros espacios si tienes corriente aprovechas para dormir».
Dichas realidades, predominantes en prácticamente toda Cuba, no son desconocidas para quienes conducen los procesos de la programación de la Televisión. «Esas afectaciones incidieron en el consumo televisivo», acotó Herryman Romero. Igualmente, incidió en que no fueran mayores las audiencias la poca creatividad y variedad de las propuestas, de acuerdo con las opiniones registradas por este diario.
«Prácticamente no hubo diferencias entre la programación habitual y lo nuevo, salvo espacios como alguna que otra serie. La pequeña pantalla trajo pocos atractivos que no compitieron con las playas, paseos y otras actividades al aire libre», expresó Jessica, universitaria santiaguera de 24 años.
De modo similar piensa una habanera de la tercera edad que prefirió el anonimato y, tras 30 años de trabajo, apuesta pasar los días frente a la televisión. «Disfrutaba mucho de los programas nocturnos, pero este verano me parecieron tediosos y repetitivos, con un humor forzado y anfitriones sin carisma. Fueron realmente una mala experiencia», añadió.
En tal sentido, Herryman Romero dijo que solo pueden citarse como estrenos descollantes en términos de teleaudiencia los programas Vivir del cuento —el cual llegó en la recta final de la etapa estival—, Tras la huella y la novela Renacer. También pueden destacarse Mi película favorita y Una calle mil caminos. Incluso, este año se aplicó la novedad de realizar una encuesta de selección para los televidentes, que propició la retransmisión de la emisión más votada como cierre del verano en el caso de Una calle mil caminos, y la inclusión del filme con más votos en Mi película favorita.
«Solo se mencionan estos programas, ya que se transmiten por Cubavisión, que es el canal que alcanza audiencias máximas, considerablemente superiores a las del resto de los canales, lo cual no quiere decir que no existan otras propuestas que hayan logrado ser notables dentro de sus canales».
Los sondeos realizados por Juventud Rebelde en Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, La Habana y las redes sociales ubicaron a esos dos programas entre los más gustados.
Frases como la de la profesora de Secundaria Básica de Santiago de Cuba Verónica González: «se puso en pantalla la realidad de nuestra juventud»; o de la espirituana Yudinia Martínez: «no fueron grandes producciones las historias publicadas, pero mostraron mucho talento, incluso de actores pocos conocidos», o de Laura Roque: «Mi película favorita ofreció el acercamiento a un cine de valía de distintas partes del mundo y nos presenta una visión más intimista del entrevistado del programa», dan luces de los rumbos que encauzan los gustos mayoritarios.
Otras de las recurrentes opiniones que se identificaron miraron con lupa las propuestas de los sábados en la noche. De forma general, fueron calificadas como las menos atractivas. Específicamente, definen Aquí con Roclan como una novedad poco feliz y reiterativa. Asimismo, sobresalió la poca calidad de los filmes exhibidos en Hasta que amanezca.
«Si bien es cierto que muchos de los puntos esenciales del proyecto inicial Aquí con Roclan no se mantuvieron, se hace necesario señalar que algunos elementos no funcionaron como se esperaba, lo que se revirtió en el rechazo de la oferta por una parte de los públicos», señala Herryman Romero, quien añade que «ya se encuentra grabado un paquete de programas, y que se irá perfeccionando en la medida de lo posible teniendo en cuenta algunos de los elementos que no están funcionando.
Dentro de la programación televisiva del verano, los informativos tuvieron también espacio, a fin de abordar los hechos más significativos en el panorama cubano y extranjero, así como la aproximación a las fechas históricas comprendidas en este período. Y es que la atención a las demandas de una amplia diversidad de públicos caracterizó la programación del sistema televisivo cubano.
Por ello, tras el primer programa informativo de las mañanas se destinaron opciones fundamentalmente a los niños en edad prescolar y escolar por Cubavisión y Multivisión. Además, el Canal Educativo dedicó a este grupo etario el inicio de sus tardes y también Cubavisión incorporó propuestas para adolescentes y jóvenes de manera escalonada.
La ingeniera santiaguera Beatriz Olivares, quien aprovechó todo el tiempo que pudo frente a la televisión, elogia la variedad de filmes para los menores de edad que llenaron las mañanas, en especial el programa dominical Tren de maravillas.
Aunque desde casi todos los canales y en diferentes horarios se atendieron las propuestas para los más pequeños de casa, estas deben seguir ganando en atractivo y buena factura general. Foto: Roberto Suárez
Pero la habanera Rocío, madre de una pequeña de tres años, muestra total descontento como espectadora de la programación para niños. «Opino que dos horas de animados en las mañanas no son suficientes y encima, repiten los episodios más de una vez a la semana».
De las repeticiones de programas conoce al dedillo Irianna Lugo, progenitora de un varón de cuatro años. «Lo que más me decía: “Eso ya lo vi”». Sin embargo, la Directora de Contenido y Programación de la Televisión Cubana califica de muy positiva las propuestas publicadas para las generaciones más pequeñas.
«Se atendieron esos públicos desde casi todos los canales y en diferentes horarios. Cubavisión, por ejemplo, restructuró casi toda su programación infantil con estrenos en colaboración con Colombia, Argentina, Chile, Perú. Algunos todavía están al aire. También para
niños hubo cine todos los días en Multivisión y en el Canal Educativo.
«Para adolescentes se produjeron paquetes nuevos de Asombroso, Como tú… Para jóvenes se continuó con Estudio reacción, Sala A+ y La caja. Se destaca la inclusión social como elemento cualitativo en los programas para esas edades con presencia de niños y jóvenes intérpretes de lengua de señas y de un niño sordo conductor de un espacio que se expresó en su lengua natural.
«Se estrenó el espacio infantil musical DO RE MI con Enid. Existió presencia en todos los telecentros del país de contenidos y programas dedicados a niños, adolescentes y jóvenes de producción propia», señaló.
Pero primaron programas ya conocidos. Estrategia o necesidad de volver sobre lo visto. La televidente Carmen Rosa plantea que lo que se repone sirve «para que las nuevas generaciones conozcan la producción cinematográfica cubana… y quienes lo vimos antes podamos recordar».
A su vez, el capitalino Jorge Ernesto sugirió aprovechar la etapa estival para transmitir más contenido educativo sobre los principios y fundamentos humanos y de apego a nuestra identidad nacional y latinoamericana.
Por su parte, el villaclareño Christian Serafín Jiménez extraña desde hace varios veranos los años en que Cubavisión transmitía programas cinematográficos para jóvenes a las dos de la tarde, espacios musicales, series, revistas, entre otros. «En este verano con las novelas en retransmisión no hubo cambio con respecto a la programación habitual».
Para Melissa, una joven trabajadora de un negocio de copiar el paquete, dichos criterios no son nuevos. «Muchos de nuestros clientes se quejan porque ponen cosas que ya vieron en las opciones que tenemos, y entiendo que sea difícil seguirles la pista a los estrenos, pero quizá debieran consultar los sitios web de críticas para tener una idea de lo que ha salido, el tiempo que hace que se estrenó y su calidad».
Los espacios televisivos conviven en un contexto competitivo, en el que a la velocidad de un clip muchas personas hoy, sin moverse de casa, pueden ver el último estreno de Hollywood o Netflix. De ahí que solo la creatividad y el buen gusto en la producción audiovisual sean las únicas armas para ganar las batallas ante una nueva colonización.
Cultura audiovisual, estudios de públicos, exigencia y control para financiar con los escasos presupuestos los mejores proyectos. No son tiempos de avivar la banalidad y mucho más darles paso a la improvisación y la copia de malos productos. Autenticidad y visibilidad de nuestros valores urgen estar con todos sus colores y brillos en la pequeña pantalla durante todo el año.
«Se precisa lograr capacidades productivas y recursos diversos. También tenemos que mantener los estándares de atención a los públicos por grupos de edades. Además, se debe trabajar en el refuerzo del perfil de los canales», apunta la Directora de Contenido y Programación de la Televisión Cubana al ser interrogada sobre los desafíos que sigue teniendo la programación televisiva.
Añade que otros retos son lograr una estructura de parrilla de programación más estable y en la que siempre se cumplan los horarios, la transmedialidad e influir en que haya más acceso a la cajita de televisión para reducir la población limitada de ver los canales digitales HD.
«Igualmente, se debe dar prioridad a la programación para adolescentes y jóvenes, con espacios que realmente se posicionen en el consumo y gusto en ese segmento, producir el gran show del fin de semana e incrementar los espacios dedicados al humor.
«Asimismo, se impone revisar los perfiles de algunos espacios para evitar contenidos semejantes en horarios similares y pensarse el sistema televisivo desde la complementariedad, teniendo en cuenta las limitaciones que hoy no permiten la competencia entre canales», concluyó.