Figurante, especialista y actor secundario. Ha trabajado en cien oficios y en más lugares. Su rostro y alguna palabra aparecen o se escuchan en casi cuarenta producciones: películas, cortometrajes y series de televisión, en España, Francia y en América. Casi siempre en papeles secundarios, asegura que el cine carecería de sentido y credibilidad sin extras, sin figurantes, aunque no sepan que está pasando en el rodaje. Ha interpretado a personajes malos y perores; otros algo mejores: jueces, policías y enterradores, incluso al Gepeto de Pinocho. También es especialista y dobla a actores en acciones de riesgo, sobre carros tirados por caballos. Se considera actor profesional.