La primera vacuna administrada en España fue la de la viruela en 1800, pero no fue obligatoria hasta 1903, cuando se decidió intentar acabar de esta forma con los diferentes brotes que surgían a lo largo de nuestro país y que dejaban entre 2.000 y 7.000 muertos al año. Pese a ello, la viruela no vio reducida su incidencia hasta finales de los años 20.
Con estas medidas se consigue controlar el avance de la enfermedad, que resurgió con la Guerra Civil. En 1944, la Ley de Bases de Sanidad impuso de nuevo la obligatoriedad de la vacunación frente a la difteria y la viruela, contribuyendo de manera decisiva en el control de ambas enfermedades. El 9 de diciembre de 1979 se declara la erradicación de la viruela en nuestro país, aunque no se suspendió su vacuna definitivamente hasta 1980.
Otra de las vacunas que se inoculaban en España de manera sistemática era la de bacilo de Calmette-Guérin (BGC) contra la tuberculosis.
El conocido farmacéutico y tiktoker Álvaro Fernández (@farmaceuticofernandez), que tiene más de 3,4 millones de seguidores en la red social china, desvela quiénes tienen todavía la huella de esta vacuna y en qué lugares, incluido nuestro país, han nacido.
De esta manera sabemos que quienes tienen esta marca en la piel de brazos o piernas son españoles que tienen más de 40 años o proceden de algún país de Latinoamérica o del País Vasco.
En nuestro país la vacuna de la tuberculosis dejó de ser obligatoria en los recién nacidos desde 1980, aunque en Cataluña la eliminaron seis años antes. Desde entonces, sólo está recomendada para trabajadores sanitarios en contacto frecuente con enfermos de tuberculosis y en niños no previamente infectados que tengan contacto estrecho e inevitable con enfermos contagiosos no tratados, mal tratados o con infectados por bacilos tuberculosos resistentes a los antibióticos usados habitualmente.
Sin embargo, actualmente se mantiene en una Comunidad autónoma española: el País Vasco.
En 2013 las autoridades sanitarias del País Vasco suspendieron la vacunación sistemática con BCG, dejando solamente la indicación de vacunación en los niños con elevado riesgo. Sin embargo, la no disponibilidad de este medicamente, en la práctica significó la suspensión de la vacunación.
Diez años después, en julio de 2023, los responsables de Osakidetza reintrodujeron la vacunación con BCG en el calendario vacunal para niños con riesgo, de acuerdo con los datos epidemiológicos del momento.
Los niños en los que se recomienda la vacunación son los recién nacidos y los menores de 5 años que convivan con familias procedentes de países con alta prevalencia de tuberculosis o que viajan con frecuencia y durante periodos de más de un mes a esos países. Además, en los menores de familias en grave riesgo de exclusión social, a juicio de su pediatra, con madre VIH+, tras descartar la infección por VIH en el niño, con madre afecta de TB pulmonar o con exposición domiciliaria
Además, para aquellos que se encuentren expuestos a pacientes bacilíferos con mal cumplimiento o rechazo del tratamiento o con tuberculosis causada por cepas resistentes.
La característica marca en la piel se produce porque es una vacuna que causa mucha reacción en el lugar de la inyección. Entre 2 y 6 semanas después de la inoculación se desarrolla una pequeña pápula que va aumentando de tamaño y puede ulcerarse unas semanas más tarde. Esta lesión cutánea persiste durante 2 o 3 y deja una cicatriz permanente.