El extenso territorio de Estados Unidos alberga algunos de los paisajes naturales más impresionantes del planeta. Desde majestuosos parques nacionales hasta jardines botánicos que preservan especies autóctonas y exóticas, el país se ha convertido en un destino predilecto para los amantes de la naturaleza.
Los jardines de esta nación se destacan por su tamaño y la inmensa variedad de flora que cada uno de ellos acoge. En muchos de estos espacios, los visitantes pueden sumergirse en la naturaleza, aprender sobre la importancia de la conservación y disfrutar de la tranquilidad que solo un jardín bien diseñado puede ofrecer.
Con jardines que preservan especies nativas de Latinoamérica y otros rincones del planeta, el territorio estadounidense se ha consolidado como un referente en la promoción de la biodiversidad.
Este pulmón natural se encuentra en los suburbios de Walnut Creek, California, una localidad situada entre San Francisco y Sacramento. Conocido como el jardín Ruth Bancroft, ha sido elogiado tanto por su belleza visual, como por su enfoque en la sostenibilidad y la conservación de especies vegetales adaptadas a climas secos.
El jardín, que cubre una superficie de 1.4 hectáreas, es el resultado del arduo trabajo de Ruth Bancroft, quien en la década de 1970 decidió transformar una granja de nueces y peras en un oasis botánico.
Este santuario de plantas ha sido recientemente galardonado como el jardín de flores más bonito del mundo, tras un exhaustivo análisis de reseñas realizado por la compañía de viajes internacional Titan Travel. La empresa basó su estudio en las opiniones de los visitantes recopiladas en plataformas como Tripadvisor, donde el jardín ha acumulado más de 7,400 publicaciones en Instagram y una puntuación promedio de 4.5 sobre 5 estrellas.
El jardín botánico de California es famoso por su increíble diversidad de plantas que prosperan en condiciones áridas, una característica esencial para su adaptación al microclima de East Bay. La colección de este jardín incluye más de 2.000 especies de plantas, entre las que destacan cactus, suculentas, arbustos y árboles nativos de regiones como México, Chile, Sudáfrica y Australia, además de especies originarias de California.
El vivero dentro del jardín es otro de sus atractivos más importantes. Los visitantes tienen la oportunidad de llevarse a casa algunas de las especies que más les han impresionado durante su recorrido. La venta de plantas, además de contribuir al mantenimiento del jardín, también promueve el cultivo responsable y la conservación de plantas que, en muchos casos, son difíciles de encontrar en otros viveros.
Además, este lugar se ha convertido en un modelo de jardinería sostenible, dado que promueve el uso de plantas tolerantes a la sequía, ideales para climas secos y con escasez de agua. Por otro lado, ofrece una variedad de actividades educativas, como clases de jardinería, talleres y eventos que permiten a los visitantes profundizar en su conocimiento sobre el cuidado de las plantas y la ecología del lugar.
