Con una imagen de hombre pragmático y fiable, el veterano político derechista Michel Barnier, de 73 años, afronta el difícil reto de gobernar Francia, tras curtirse en las tensas negociaciones de divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido.
El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró al varias veces ministro, parlamentario y comisario europeo como su nuevo primer ministro, con la difícil tarea de lograr una mayoría en una dividida Asamblea (cámara baja) que evite su caída.
"Es un hombre de Estado. Un hombre de consenso y de negociación como ya demostró durante las negociaciones del Brexit, algo que se anuncia indispensable para el período actual", afirmó a AFP el diputado derechista Vincent Jeanbrun.
Su larga trayectoria política, iniciada en 1973, podría ser una baza. Además de diputado y senador, Barnier fue ministro entre 1993 y 2009 de varios ramos bajo las presidencias de François Mitterrand, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy.
Considerado inicialmente como representante del ala social de LR, este hombre elegante giró a la derecha en 2021, cuando regresó a la política francesa para las primarias de su partido de cara a la elección presidencial de 2022, sin éxito.
Barnier causó estupor entonces al prometer un referéndum para recuperar la "libertad de maniobra" en política migratoria, ante la "amenaza permanente de un fallo o una condena" de la justicia europea, rompiendo así con su imagen de tecnócrata europeo.
"¿Cómo un europeo tan comprometido puede pronunciar una frase así?", lamentó el entonces secretario de Estado francés Clément Beaune. Sus argumentos, próximos de la ultraderecha, fueron comparados con los usados por los partidarios del Brexit.
Fue en Bruselas, como negociador de la UE ante el Reino Unido entre 2016 y 2021, que este hombre nacido en 1951 en La Tronche, a los pies de los Alpes franceses, se forjó su estatura de político pragmático y fiable.
Antes, este egresado de la Escuela Superior de Comercio de París fue eurodiputado (2009-2010), comisario europeo en dos ocasiones (1999-2004 y 2010-2014) e incluso se postuló en vano para ser el candidato de la derecha a presidir la Comisión en 2014.
Admirador del héroe de la Segunda Guerra Mundial y presidente francés Charles de Gaulle, Barnier se define como un "patriota y europeo", pero su visión del proyecto europeo pasa por defender la soberanía nacional, en lugar de una mayor unión.
El nuevo primer ministro, apodado ya por la extrema derecha como el "Joe Biden francés", debe convencer al resto de formaciones de una Francia sumida en una profunda crisis política sobre la conveniencia de su nombramiento.
La tarea se anuncia difícil, pero este hombre casado y padre de tres hijos, al que le gusta la montaña, ya aprendió con el Brexit a tener que negociar, en un contexto de máxime tensión, gracias a un método basado en la paciencia y la determinación.
"¿Qué aprendemos como regla cuando nos gusta caminar por la montaña? Aprendemos a poner un pie delante del otro, porque el camino puede ser escarpado", dijo Barnier en 2017, apuntando a que "siempre hay que mirar hacia la cumbre".
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