El nuevo marcapasos del rey Harald de Noruega estaba a punto de explotar. Eran demasiados los acontecimientos seguidos : el hijo de la princesa pegaba a su novia en estado alterado, una de sus hijas se casaba con un chamán en una boda de lo más extravagante, el pueblo se rebelaba y manifestaba en las calles su desafección por la Corona. Era el momento de actuar y Harald, a sus 87 años, ha decido poner algo de orden emprendiendo una reestructuración inédita en la casa . El enlace entre Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verret ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ni en la peor de sus pesadillas se esperaba algo así : cuatro días de enlace, una preboda «sexy cool» con un dress-code rosa gritón, una exclusiva, revuelta de los medios, un documental grabado… Todo lo opuesto a lo que es una boda con honor, como exige la monarquía. Como se esperaba, hubo bofetadas por no asistir y fueron muy contados los miembros de la realeza europea que estuvieron presentes. Entre ellos, los miembros de la Familia Real de Noruega y de Suecia. A pesar de que no se trataba de una boda real como tal y de que Marta Luisa ya no tiene papel oficial dentro de la institución, la Casa Real se vio obligada a publicar imágenes del enlace. Las que le dejó María Luisa, que para eso tenía una exclusiva firmada. Dicen que el rey Harald sintió una puñalada en el corazón al ver a un chamán de sexta generación en la página web de la Corona noruega. Demasiado para cualquiera, incluso para el rey Harald , acusado por parte de la prensa de ser una persona « demasiado permisiva ». Con los nervios por las nubes, ha gritado «basta ya» y se ha decidido a acometer algunos cambios en la estructura de la Familia Real para equipararse, tal y como le reclamaban, con otras monarquías. Aunque se haya hecho «de tapadillo», se ha hecho. La Casa Real no ha emitido ningún comunicado sobre este tema, pero en la página web de la Familia Real de Noruega ya se pueden observar unas modificaciones que recuerdan a lo que ya hizo la reina Margarita de Dinamarca o el rey Carlos Gustavo de Suecia : reducir los miembros oficiales de la institución. O lo que es lo mismo: eliminar lo que estorba . En el caso de la reina Margarita de Dinamarca, retiró los títulos de príncipes y princesa a los hijos del príncipe Joaquín bajo el débil pretexto de que «pudieran llevar una vida más independiente y no se vieran obligados a representar a la Corona». El enfado fue tal que la reina tuvo que enviar un comunicado disculpándose porque no había tenido en cuenta « algunas sensibilidades » cuando anunció su decisión. Pero nada la detuvo. Por su parte, el rey Carlos Gustavo de Suecia retiró los tratamientos de alteza real a los hijos de los príncipes Carlos Felipe y Magdalena para que en el futuro no reciban ninguna asignación económica ni ejerzan funciones de representación. Ahora ha sido el rey Harald el que se ha puesto manos a la obra para eliminar de la página web oficial de la Familia Real esta categoría y cambiarla por la de Casa Real. Porque igual lo de « familia » ya le comenzaba a quedar grande. Dentro de la Casa Real se encuentran los reyes Harald y Sonia, los príncipes herederos y la princesa Ingrid Alexandra. Además, se ha creado una curiosa categoría anexa, denominada ambiguamente « otros miembros de la realeza », que recuerda de alguna manera a lo que se conoce en España como la familia del Rey Felipe VI. En esta nueva categoría están incluidos el príncipe Sverre Magnus, la princesa Marta Luisa de Noruega y la princesa Astrid. El hijo menor de los príncipes Mette-Marit y Haakon lleva título de príncipe, pero no tiene tratamiento de alteza real , sino simplemente de alteza. Hay dos ausencias muy notables que no pasan inadvertidas para nadie. La primera es la del fiestero Marius Borg, el muchacho que acaba de recibir una orden de alejamiento tras agredir a su exnovia. La segunda es la del chamán Durek Verret, probablemente la persona más extravagante del Gotha europeo . El rey Harald de Noruega quiere que esta sea –al fin- el inicio de una nueva época en la Casa Real noruega. Lo primero ha sido marcar distancia con la etapa anterior y que no haya dudas sobre quiénes integran la Casa Real. Lo segundo debe ser que todo su entorno colabore por la paz institucional. Falta le hace a ese marcapasos.