La velocidad y el vértigo por las bandas, así como la contundencia, fueron las armas de Guadalupe FC, que sorpresivamente derrotó 2-0 al Club Sport Herediano, eliminándolo del Torneo de Copa.
Un potente remate de Abner Hudson, en el minuto 71, y un certero cabezazo del capitán guadalupano, René Miranda, en el 87′, le dieron la victoria a los capitalinos, quienes en las semifinales enfrentarán al vencedor de la serie entre Puntarenas FC y Guanacasteca, que se disputará este miércoles 4 de septiembre en el estadio Miguel Lito Pérez, a las 6 p.m.
Los josefinos han tenido un paso perfecto en este Torneo de Copa, pues tras vencer al Rosario de Naranjo, subcampeón de Linafa, por marcador de 3-1, han eliminado a tres equipos de la máxima categoría.
En dieciseisavos de final, los de Goicoechea vencieron 2-0 a Sporting FC, entonces líder del Torneo Apertura 2024. En octavos, volvieron a sorprender al eliminar al Municipal Liberia 1-2 en el propio estadio Edgardo Baltodano Briceño. Ahora, en cuartos, su proeza creció ante Herediano, demostrando que no le temen a los equipos de la máxima categoría.
El técnico Jafet Soto sorprendió al alinear un equipo lleno de jugadores juveniles, entre ellos los hermanos Nick y Mike Bennette Villegas, de 15 años, y Jefferson Bennette, de 16 años, quienes fueron convocados por primera vez para jugar con el primer equipo florense. Mike y Jefferson fueron titulares, mientras que Nick observó desde el banquillo. El cuadro florense fue superado en el terreno de juego por un conjunto josefino que mostró mayor intensidad, deseos de ganar y anotó en los momentos justos del compromiso.
Jafet también hizo debutar al guardameta Anthony Walker, quien llegó procedente del fútbol portugués. Aunque tuvo una buena actuación, no pudo evitar la derrota del cuadro florense.
Mientras tanto, Guadalupe, de la mano del mexicano entrenador Fernando Palomeque inpuso sus condiciones con un equipo veloz y joven, donde destacaron el saprissista, Abner Hudson así como Brayton Lewis y Elian Morales, quienes fueron una pesadilla para los florenses