La UD ha oficializado la contratación del atacante portugués, que llega a préstamo por parte del Wolverhampton. El luso acumula tres cesiones en las últimas temporadas a Anderlecht, PSV Eindhoven y Glasgow Rangers. No ha tenido apenas continuidad en el fútbol inglés, donde meses atrás reconoció que nunca quiso ir. Muchas expectativas generadas años atrás, cuando dejó el Porto rumbo a los Wolves por 40 millones de euros.
Al igual que durante el resto del verano, Las Palmas ha sido uno de los grandes agitadores del mercado también el último día. Dos contrataciones a préstamo sobre la bocina en dos posiciones con necesidades diferentes. Se cerró el fichaje de Dário Essugo, que presumiblemente viene dar el físico y las piernas que han faltado en el centro del campo en este inicio de Liga. Menos apuros había para contratar a un atacante pero tras la decisión de ceder a Iván Cédric, la dirección deportiva entendía que hacía falta suplir su baja.
Aquí es donde entra en escena el nombre de Fábio Silva. El delantero portugués llega a la isla tras el acuerdo entre Las Palmas y Wolverhampton para su cesión. Un préstamo sin opción de compra donde el la escuadra inglesa intentará que el jugador se revalorice para hacer caja el año que viene y donde los amarillos entienden que reciben a un futbolista que puede ofrecer rendimiento inmediato y además en una posición donde el año pasado no se llegaron a los registros deseados.
Con solo 22 años, debería ser toda una osadía hablar de una promesa estancada o de un jugador que no ha cumplido las expectativas generadas. Lo cierto es que el nombre de Fábio Silva prometía ser uno de esos niños prodigio y a una edad muy temprana ya había movido decenas de millones de euros en concepto de traspaso. Sin embargo, esa explosión en la élite que se preveía no ha sido tal. Pese a ello, hablamos de un jugador que todavía no ha tocado techo y que tiene un margen de mejora bastante grande.
Para entender por qué se generaron tantas expectativas hace años y qué es lo que ha pasado para acumular con esta cuatro cesiones en las últimas temporadas, es necesario echar la vista atrás y poner la situación en su contexto.
Fábio Silva entró en la cantera del Porto con solo ocho años y desde el primer momento sus entrenadores vieron que estaban ante un talento excepcional. Muy adelantado a los chavales de su edad (y de edades superiores), durante su etapa formativa se produce una lucha encarnizada entre los dragones y su eterno rival en Portugal. En 2015, el Benfica logra convencer a su entorno para que viaje a Lisboa con perspectivas de debutar pronto con el primer equipo. Dos años después, el Porto le devolvió la jugada a los encarnados y consiguió repescarlo.
El primer golpe sobre la mesa de Fábio Silva fue en la 18/19. Tenía solo 16 años y fue el delantero elegido para ser el titular en la UEFA Youth League. No fue ni el máximo goleador del torneo (lo fue Charlie Brown del Chelsea) y tampoco el máximo artillero de su equipo (lo fue Romário Baró, que sigue perteneciendo al Porto a día de hoy), pero fue pieza indispensable para el histórico título que logró el equipo juvenil de los dragones. Cinco goles anotados en la competición europea y en total 20 en 26 partidos con el equipo sub-19 del Porto. Su crecimiento estaba siendo bestial y con esa edad Sérgio Conceição, entonces entrenador del primer equipo, lo llamó a filas para participar en entrenamientos con los mayores.
A principios de la temporada siguiente llegó el premio del debut con el primer equipo. Entienda el lector que cuando hablamos del Porto nos referimos a una de las mejores canteras del fútbol europeo y de las que más talento exporta a la élite. En ese contexto, Fábio Silva es el segundo jugador más joven en jugar un partido oficial con los dragones (17 años y 22 días) y meses después batió todos los registros al ser el goleador más joven en la historia del club.
Batiendo récords y con la estrategia del Porto de hacer caja, estaba claro que la hora de un traspaso no iba a tardar en llegar. Aquí es cuando aparece el Wolverhampton. Una rocambolesca historia de agentes, intermediarios y muchos intereses de por medio. La otra cara del fútbol que muchas veces como aficionados no logramos ver. Vamos a resumirlo de manera rápida: Fábio Silva no quería irse del Porto. Entendía que tarde o temprano iba a dar el salto a una gran Liga pero tanto él como su familia compartían la idea de que aún no era el momento.
En verano de 2020 los Wolves tocan la puerta. Aunque ahora menos, el equipo inglés llevaba años apostando decididamente por jugadores portugueses. Más de 200 millones gastados desde 2016 solo en futbolistas lusos y muchas de esas operaciones orquestadas por Jorge Mendes, siendo él representante de los jugadores o el intermediario de la operación (como sucedió en este caso). En septiembre de 2020, mes en el que Fábio Silva llega al equipo, en el Wolverhampton había el doble de jugadores portugueses (10) que de ingleses (5), además del entrenador (Nuno Espírito Santo).
Pese a tener unos inicios muy ilusionantes en Portugal, Fábio apenas demostrado nada en la temporada de su debut. Eso no importó a los Wolves, que le hacen al Porto (que en aquel entonces atravesaba problemas económicos derivados de la pandemia) una oferta absolutamente fuera de mercado. Para que nos hagamos una idea, el valor de mercado del chico en aquel entonces era de 12 millones de euros según Transfermarkt. Pues bien, la oferta de los ingleses era de 40 millones fijos, cifra imposible de rechazar. El jugador, pese al gran contrato que se le ofreció, no quería hacer las maletas. El equipo portugués, que podía solucionar muchos de sus problemas financieros con ese traspaso, empieza a presionar al chaval.
«Fue casi obligado, me dijeron que si no aceptaba me bajarían al filial y que si no me iba no estaría ayudando al club…no tenía escapatoria», afirmó Fábio en una entrevista a Relevo de este mismo año. «Tenía otros equipos interesados pero todo iba dirigido a que yo firmara por el Wolves. En ese traspaso intervino más gente. Otros clubes ponían más dinero, pero en el fútbol pasan cosas por detrás que tú no controlas. Para todos salió mejor que para mí».
Con 18 años recién cumplidos y obligado a jugar a un equipo en el que no quería estar, lo normal era que la historia acabara mal para el jugador. Con la presión de ser el fichaje más caro de la historia del equipo y en un contexto completamente diferente al que tenía en Portugal (idioma, estilo de juego del equipo y de la Premier en general, adaptación al vestuario…), a Fábio le costó horrores encontrarse en el campo. En total, 72 encuentros con los Wolves y solo 5 goles anotados. Las grandes expectativas se fueron desinflando y pasó de ser uno de las promesas a tener en cuenta en la Premier a tener que buscar cesiones fuera de tierras británicas.
El primero de estos préstamos fue el más fructífero de todos en cuanto cifras goleadores. En el Anderlecht belga fue una pieza importante tanto en Liga como en Conference League, anotando 11 goles y repartiendo 4 asistencias en 32 partidos. Su cesión terminó en enero, cuando volvió a salir cedido a un equipo de mayor envergadura. El que apostó más por él fue el PSV Eindhoven, así que hizo las maletas para jugar en los Países Bajos. Aquí tuvo menos protagonismo (solo seis encuentros como titular), pero en los pocos ratitos que tuvo pudo dejar su impronta: en total 5 goles y 2 asistencias en 19 partidos.
Esta última temporada, la 2023/24, la comenzó en los Wolves, pero con protagonismo residual. Sin apenas minutos, el jugador buscaba la manera de desvincularse del cuadro inglés pero no era tarea fácil. El equipo, viendo que su rendimiento no cumpliría con lo que se esperaba de él, quería recuperar al menos una parte del dinero que habían invertido. Como es lógico, ningún equipo se acercaba a esos 40 millones que habían pagado en 2020.
Un detalle que ha pasado desapercibido es la importancia del contexto en el rendimiento del jugador. Mientras que en Wolves no se contaba con él y el chaval tampoco quería estar, el jugador se dejaba la vida en cada partido que jugaba como internacional. Porque pese a no haber explotado en la élite nada más llegar, no hay que olvidar que sigue siendo un talento a tener en cuenta y muy adelantado a los jugadores de su edad. Mientras no salía del banquillo en Inglaterra (o directamente ni siquiera era convocado), el chico era llamado a filas para la sub-21 de Portugal y con su país su rendimiento ha sido bestial. Siete partidos jugados la temporada pasada con el combinado nacional, todos ellos pertenecientes a la fase de clasificación para la Eurocopa y un balance más que positivo: seis goles y seis asistencias.
El pasado mes de enero se le volvió a buscar acomodo en forma de cesión. El destino fue Glasgow. Con el Rangers solo anotó cinco goles en 26 partidos pero para el jugador ha sido su mejor cesión: «El Rangers me ha hecho más completo, he jugado en una posición distinta (como extremo izquierdo), he hecho goles, me he sentido bien… Antes solo jugaba de nueve, ahora puedo jugar en todas las posiciones de ataque, sea en la banda, arriba o de mediapunta», apuntaba en la misma entrevista a Relevo.
La pregunta del millón: ¿Qué es lo que ha fichado Las Palmas? De manera muy resumida, ha fichado a un delantero que, aunque en los últimos meses ha destacado como extremo zurdo, no deja de ser un nueve con gran participación en los ataques de su equipo. En la cabeza del aficionado estará el nombre de Munir, que a priori puede parecer que tienen un perfil similar pero nada que ver. Fábio Silva tiene mucho más gol y presencia en el área, aunque no tanto trabajo a nivel defensivo.
Esta media temporada en Escocia (tengamos en cuenta que esta Liga está lejos de la primera línea), ha sido líder en varios aspectos que pueden ser claves para Las Palmas: toques en el área rival, goles esperados, tiros realizados, aceleraciones y goles anotados sin contar penaltis. Todo ello siendo extremo, por lo que cabe preguntarse cuáles serán los planes de Luis Carrión para Fábio. A fin de cuentas, Oli McBurnie ha aterrizado con los dos pies en la isla y en muy poco tiempo ha demostrado que tiene lo que el equipo necesita para la punta de ataque.
Aún así, el desgaste que está teniendo McBurnie en cada partido está siendo muy alto y sobre todo estamos viendo cómo en las segundas partes su rendimiento decae en comparación con los inicios de los encuentros. Aunque no tan alto, Fábio cuenta con una buen envergadura (1.85) y también es ganador de duelos aéreos. Pero el hecho de que pueda jugar en ambos extremos lo convierte en un comodín para Carrión. No sería de extrañar que, tal y como está haciendo Jaime Mata en este arranque de temporada, Fábio Silva parta desde la derecha pero con libertad para meterse hacia dentro como otro punta más.
La esperanza que guarda la dirección deportiva es que con un buen contexto y con un Luis Carrión experto en rescatar jugadores para la causa, esta cesión por una temporada (recordemos que la UD no se guarda ninguna opción de compra) pueda empezar a ofrecer buenos resultados desde ya. Fábio tiene condiciones para ser un delantero importante a nivel europeo en el futuro. Le ha faltado lo que él demandó en Portugal antes de ser forzado a salir: una temporada completa en un equipo que apueste por él y donde él quiera estar. Tengamos la prudencia necesaria que hay que tener cuando se hacen movimientos de última hora pero lo cierto es que Las Palmas tiene poco que perder con esta operación y si el chico cae con los dos pies en el equipo, las buenas actuaciones no tardarán en llegar.
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