Esta feria, que termina el primer domingo de septiembre y clausura la temporada de la ciudad vasca, está marcada por la diversidad de la oferta concentrada en tres días; es el sello más notable de Bayona. En el recinto de la plaza de toros, a cierta distancia del centro histórico, convertido en «Campo de feria», que se asemeja también a una ínsula, se acumulan exposiciones de artes y de libros, actuaciones musicales, tertulias, restaurantes y bares. Lo que se presenta en el ruedo obedece a la misma diversidad: mañana y tarde novilladas con y sin caballos, corridas donde alternan, con cuatro nacionalidades representadas este año, figuras consagradas y jóvenes promesas, o toreros a los que se les brinda una nueva...
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