Salvador Dalí, René Magritte, Giorgio de Chirico, Max Ernst o Joan Miró: el Centro Pompidou de París expone a partir del miércoles una gran selección de obras maestras del surrealismo con motivo del 100º aniversario de este movimiento artístico.
Alrededor de 500 pinturas, esculturas, dibujos, textos, películas y documentos, incluidos muchos préstamos excepcionales, podrán verse en un espacio de 2.200 metros cuadrados hasta el 13 de enero.
Todas estas obras muestran que este movimiento, nacido en 1924 en torno a poetas como André Breton y extendido por todo el mundo, fue visionario y sigue siendo actual en su deseo de cambiar la relación entre el hombre y la naturaleza.
Expuestas habitualmente en Madrid, San Francisco, Estocolmo o Nueva York, emblemáticas obras como "El gran masturbador" de Dalí, "Valores personales" de Magritte o "Perro ladrando a la luna" de Miró figuran en el catálogo.
La exposición, que ya pudo verse en un formato reducido en Bruselas hasta julio, deberá viajar a Madrid, Hamburgo y Filadelfia en 2026.
La escenografía juega con la ilusión óptica, tan apreciada por los surrealistas, y el recorrido tiene forma de laberinto. Lleva al visitante a una enorme sala circular en cuyo centro se puede ver el manuscrito original del "Manifiesto surrealista" de Breton. Una proyección audiovisual inmersiva arroja luz sobre su génesis y filosofía.
El recorrido sigue a figuras literarias como Lautréamont y Lewis Carroll, y repasa mitologías y temas que alimentaron el movimiento, como el sueño, el inconsciente y el erotismo.
"Más que un dogma estético, que un formalismo, el surrealismo es una filosofía que reunió durante más de 40 años a hombres y mujeres que creían en otra relación con el mundo", explicó a la AFP Marie Sarré, comisaria de la exposición junto a Didier Ottinger, director adjunto del Museo Nacional de Arte Moderno.
El Centro Pompidou le dedicó al surrealismo una exposición en 2002.
"Hemos querido mostrar que este movimiento no sólo tiene un punto de vista sobre el curso de la Historia, sus momentos críticos (guerras mundiales, la Guerra Civil española, el colonialismo...) y los movimientos políticos que desgarraron a Europa, sino también otra visión de la relación entre el Hombre y el cosmos", señaló Ottinger.
"Su mensaje es uno de los más contemporáneos que podamos imaginar", agregó.
Sarré recordó que la mayoría de los artistas del movimiento "tuvo la experiencia de las trincheras y cuestionó los valores del mundo occidental moderno, del Siglo de las Luces", como el racionalismo, el progreso, o la industrialización.
Tuvieron "la intuición de que era urgente reinventar la relación con el mundo", sostuvo.
La exposición repasa la difusión internacional del surrealismo desde la década de 1930, con obras que muestran su llegada a lugares como Australia y traducciones de los principales textos de Louis Aragon y Breton en China.
Se presentan obras de Rufino Tamayo (México), Tatsuo Ikeda (Japón) y Wilhelm Freddie (Dinamarca), entre otros.
También el catálogo hace mucho hincapié en las mujeres, con obras de la mexicana Remedios Varo, la británica Ithell Colquhoun la francesa Dora Maar y la estadounidense Dorothea Tanning, entre otras
"Todavía minoritarias en la década de 1920, cuando se fundó el movimiento, pronto se mostraron esenciales y encontraron un terreno para la emancipación. Su implicación irá in crescendo", explicó Sarré.
El surrealismo se disolvió oficialmente en 1969, pero eso no supuso el fin de su influencia. Sigue siendo una poderosa fuente de inspiración en el arte contemporáneo, el cine o la moda.