De las cuatro fechas disputadas hasta ahora por el campeonato Copec RallyMobil, Emilio Rosselot se ausentó en Arauco, la tercera, al no poder postergar una intervención quirúrgica de un problema recurrente con una hernia inguinal, que ahora sí fue solucionado.
Emilio y su navegante Tomás Cañete volvieron con buenos parciales en la clasificación general del Rally de Quillón sobre su Citroën C3 Rally2, el mismo con el que el año pasado se impusieron en el ámbito nacional en el Rally Chile Biobío, la pruebas más extensa y especial de la temporada, que viene a continuación a fines de este mes.
“Sin dudas que todos en este país esperamos esta fecha con mucha expectativa. Llevo varios años en esto y me he convencido que todos en nuestro equipo familiar continuamos a lo largo de las décadas involucrados en el Rally porque lo encaramos como algo que va más allá de que cada uno de nosotros salgamos a acelerar un auto en los tramos. Va más allá de un capricho o un gusto. Lo vivimos como algo muy ameno para todo nuestro empresarial, de todos los Rosselot, mis parientes y hasta el último mecánico. Hemos pasado por triunfos, alegrías, miedos, fracasos, pero seguimos adelante. Está visto con mi padre, sucedidos luego por mis hermanos mayores y ahora por nosotros, por mi sobrino Gerardo y desde hace dos carreras ampliando la estructura a cuatro vehículos desde que se integró Tomás Gallardo, otro de mis sobrinos. Por otro lado, siempre nos llena de ganas seguir por este rumbo cuando recibimos el aliento y el afecto de la gente, del público. Que nos pidan un poster o sacarse una foto, que nos hagan un comentario del pasado o del presente, es algo que nos gratifica mucho. De vez en cuando pienso en cuánto llegará el momento de retirarse, pero al ver los frutos de la escuadra, esa idea nos cuesta y preferimos darle continuidad al proyecto igual o más que siempre. Yendo a lo de este año, me dolió faltar a Arauco porque su itinerario incluía tramos de las Etapas 2 y 3 de la competencia mundial del corriente mes. No era exactamente recomendable dejar pasar esa oportunidad desde el punto de vista del entrenamiento, pero es que los médicos me pidieron no postergar más el tercer intento de operación y ya no había más turnos que no coincidieran con aquel momento. En Quillón me di cuenta que basta un solo rally que uno no largue como para sentir una leve pérdida de ritmo. Contando el reposo, deben haber pasado como 40 días sin entrenar en el auto ni hacer ejercicio o andar en bicicleta. De todas formas, terminamos conformes con Cañete, además de festejar la alegría de que Tadeo subió a su primer podio general en su cuarta salida con este Citroën. En la punta, el ritmo está alto y no hay margen para postergar segundos”, comentó el piloto viñamarino.
Fotos: Luis Barra/Cristian Lagos