Segundo día de huelga general en Israel convocada por el mayor sindicato del país, Histadrut, para forzar al Gobierno presidido por Benjamin Netanyahu a alcanzar un acuerdo con Hamás que permita la liberación de los rehenes que permanecen en Gaza. Marcada por un ambiente de conmoción nacional por el asesinato de seis de los secuestrados –se estima un centenar aún de personas retenidas en la Franja– el pasado 7 de octubre, la jornada estuvo jalonada por nutridas concentraciones en Tel Aviv, incluida la que tuvo lugar frente a la sede del Ministerio de Defensa, el bloqueo de calles en otras muchas localidades y la suspensión de vuelos en el aeropuerto internacional de Ben Gurión.
La jornada comenzó con el bloqueo de calles de la localidad de Ben Gvir y los alrededores de Modiin y Rosh Pina, según informó el diario The Times of Israel. Además, se registraron bloqueos de carreteras en otras partes del país. La Policía se empleó para dispersar por la fuerza a centenares de personas que bloquearon la autopista Ayalón. En total, se han producido seis detenciones en el área de Tel Aviv. En la noche del domingo, las fuerzas de seguridad detuvieron a un total de 34 personas, 25 de las cuales permanecían en la tarde del lunes en custodia policial.
En la localidad septentrional de Yokneam, Ella Ben Ami, cuyo padre figura entre los secuestrados en Gaza, ha lamentado el hallazgo durante el fin de semana de los cuerpos de seis rehenes en la Franja. «Seis rehenes que podrían haber vuelto con vida fueron asesinados bajo cautiverio», deploró.
«No podemos permitir que esto vuelva a pasar. Haremos lo que sea necesario hasta que vuelvan a casa sanos y salvos», ha sostenido durante las protestas en la localidad de Yokneam, al sureste de la ciudad de Haifa, como recogía Haaretz.
Otro de los puntos de mayor intensidad de la jornada del lunes fue el cementerio Har Hamenuchot, en la periferia de Jerusalén, donde fue enterrado el rehén israelo-estadounidense Hersh Goldberg-Polin en medio de una importante manifestación –varios miles de personas– de duelo.
Por su parte, la huelga derivó en la suspensión de despegues de aviones en el aeropuerto internacional Ben Gurión desde las 8.00 horas (local), mientras que los hospitales funcionan con el horario reducido correspondiente a los fines de semana. A las protestas se sumaron además universidades y bancos.
En este sentido, el ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, había aseverado durante la jornada del domingo que dio orden al Tesoro de no pagar los salarios a los trabajadores públicos que se sumaran a las protestas, según un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social X.
De esta forma, desveló además que había pedido al Defensor del Pueblo que reclamara a los tribunales una suspensión de la huelga, que describió de «política». «No está bajo la autoridad de Histadrut y no tiene efectos legales», sostuvo. «No se permitirá a los jefes de Histadrut voltear el país y usar a los trabajadores como armas para lograr avances en sus objetivos políticos», manifestó Smotrich, quien incidió en que «cualquier empleado que no acuda a su puesto de trabajo, no recibirá su sueldo».
Por su parte, el jefe del Gobierno israelí se defendía de un descontento y críticas cada vez mayores en su país. Según fuentes del citado diario Haaretz, Netanyahu habría asegurado en el curso de una reunión del Ejecutivo que el paro general fue «como decir: [Yahya] Sinwar [en referencia al líder de Hamás], después de asesinar a seis rehenes, estamos contigo». En el mismo encuentro, con arreglo a las mismas fuentes, el primer ministro se reafirmó en la defensa de la presencia de tropas israelíes en el corredor Filadelfia a pesar de las protestas. Desde Washington y en conversación con los periodistas de la Casa Blanca el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cargó contra Netanyahu, recriminándole no hacer lo suficiente para llegar a un acuerdo con Hamás para la liberación de los rehenes.
Mientras las calles de las principales localidades israelíes recogían la indignación de numerosos israelíes, la guerra de baja intensidad que mantienen las Fuerzas de Defensa y la milicia libanesa Hizbulá desde octubre y la tensión en Cisjordania escribieron nuevas páginas. Fuentes militares israelíes registraron este lunes el lanzamiento de hasta 30 cohetes desde el sur de Líbano contra las comunidades e instalaciones militares del norte de Israel. Por su parte, las FDI bombardearon un vehículo que transitaba por una ruta del sur libanés dejando dos heridos, según el medio saudí Al-Hadath.
En Cisjordania, el consejo regional de Mateh Binyamin reportó este lunes el hallazgo y desactivación de un coche bomba colocado a la entrada del asentamiento Ateret. El balance de la Autoridad Palestina, en control del territorio, elevaba hasta las 30 el número de víctimas mortales como consecuencia de la operación militar lanzada hace cinco días por el Ejército israelí en el norte de Cisjordania, una de las mayores desde la Segunda Intifada. Por otra parte, las fuerzas de seguridad israelíes acabaron con la vida de un palestino que se encontraba bajo custodia policial tras ser detenido a primera hora del día en los alrededores de Yenín, según fuentes hospitalarias y las autoridades palestinas.
Además, fuentes militares informaron en la tarde del lunes de un dron supuestamente lanzado por Hamás se estrelló en el sur de Israel cerca de la frontera de Gaza. El lunes trascendió también que el general de brigada Barak Hiram asumió el cargo como jefe de la División para Gaza del Ejército de Israel, reemplazando a Avi Rosenfeld, quien abandona las Fuerzas Armadas por los fallos de seguridad durante los ataques ejecutados el 7 de octubre.