La ruidajera con lo que los sabios de nómina llaman «vacuna del mono» vuelve a colocarnos frente al espejo (¡el 'stade du miroir' de Lacan!). «La anatomía del hombre será la clave para la anatomía del mono», (y no al contrario), proclama Marx, máxima metodológica con la que este verano se han devanado los sesos los marxiólogos del gobierno, Bolaños y Díaz, para su ley de los derechos humanos (¡el Estado de derecho!) de los grandes simios, comenzando por el derecho a expresarse libremente. «Notre nation de singes à larynx de perroquets!» (¡Nuestra nación de monos con laringe de cotoras!), escribe Mirabeau en una carta al abate Sieyes, fechada el 11 de junio del 90. ¿Pueden los simios hablar? No....
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