Alemania ha amanecido con un nuevo escenario político que complica en extremo la gestión del gobierno tripartido en Berlín tras la victoria del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) en la región de Turingia, y el ascenso en el "land" de Sajonia, donde se colocado en segunda posición. Además, una nueva fuerza populista de izquierda estableció un punto de apoyo en el panorama político del país al quedar en tercera posición en los dos estados federados. Ante este panorama, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha instado a los partidos tradicionales a excluir a los "extremistas de derecha".
Los votantes de estas regiones, que pertenecieron a la Alemania comunista hasta la caída del Muro de Berlín, dejaron claro su descontento con los principales partidos políticos de Alemania, colocando a la AFD en el primer lugar en Turingia, con el 32,8% de los votos, y en segundo lugar en Sajonia, con el 30,6%, según los resultados preliminares. Scholz calificó los resultados de “amargos” y “preocupantes”.
"Nuestro país no puede ni debe acostumbrarse a esto. La AfD está dañando a Alemania. Está debilitando la economía, dividiendo a la sociedad y arruinando la reputación de nuestro país", dijo Scholz, quien añadió que las predicciones más terribles, que su partido de centroizquierda socialdemócrata (SPD) podría quedar fuera de un parlamento regional por primera vez, no se han materializado.
En declaraciones a EFE, el político de la CDU Sven Eppinger, planteó que "las elecciones de este domingo tienen un impacto en la política nacional y alguno de sus partidos". "Pienso especialmente en el FDP (liberales), que tendría que dejar la coalición del Gobierno de Scholz y así abrir paso a que hubiera unas nuevas elecciones", dijo Eppinger en la fiesta electoral organizada por el Grupo Parlamentario de la CDU en el Parlamento de Sajonia.
Ese escenario de nuevas elecciones, por malos que parezcan los resultados para los partidos de la coalición de Scholz, no tendrá lugar, planteó a EFE Wolfgang Merkel, politólogo del Centro de Berlín para la Investigación Social (WZB, por sus siglas alemanas). En su opinión, la convocatoria de unas nuevas elecciones después del varapalo cosechado por los socialdemócratas de Scholz, Los Verdes y liberales del FDP serían una solución de peores consecuencias que el propio revés encajado este domingo. "Por el momento, la coalición del Gobierno no está en peligro, aunque los partidos que la forman van a tener que pensar en las causas de la derrota de este domingo", dijo Merkel.
"Pero el escenario de unas nuevas elecciones no se dará porque en una nueva convocatoria electoral, todos los partidos de la coalición perderían respecto a la posición que hoy tienen", abundó, al aludir a la mayoría parlamentaria de la que aún gozan SPD, Los Verdes y FDP en el 'Bundestag' (Cámara Baja del Parlamento) en virtud de los resultados de las elecciones generales de 2021.
Según encuestas de intención de voto, a nivel nacional los partidos de la coalición no podrían volver a sumar una mayoría. Es más, sondeos recientes apuntaron que el FDP no superaría la barrera del 5 % en unas nuevas elecciones generales, mientras que tanto ecologistas como socialdemócratas saldrían muy debilitados en una nueva prueba electoral.
Ya en las pasadas elecciones europeas de junio, el SPD registró su peor resultado en una cita con las urnas en las que participaba todo el cuerpo electoral alemán, pues cosechó un 13,9 % de los votos, al quedar por detrás de AfD (15,8 %) y de la triunfante CDU (30 %). De ahí que Scholz prefiera mantenerse enrocado en su coalición pues, paradójicamente, su debilidad la mantiene unida.
Con información de Efe