Un país sudamericano se destaca por promover la innovación y el emprendimiento tecnológico. A través de un programa integral, brinda financiamiento y otros incentivos a personas extranjeras interesadas en desarrollar proyectos desde la etapa de pre aceleración hasta su expansión internacional. Este apoyo abarca recursos económicos, mentorías, conexiones globales y facilidades para la obtención de visados.
Chile se distingue por ofrecer hasta US$75.000 a personas extranjeras que eligen este destino para iniciar o expandir sus empresas tecnológicas. Este apoyo financiero es parte de un esfuerzo más amplio por diversificar la economía local, tradicionalmente centrada en la minería, y posicionarse como un líder en innovación tecnológica y desarrollo empresarial en la región.
Start-Up Chile se enfoca en promover emprendimientos de alto impacto y facilitar su acceso a mercados globales. El programa está dirigido a personas naturales, chilenas o extranjeras, mayores de 18 años. Ofrece financiamiento, mentoría y acceso a una red de contactos internacionales, además de brindar visibilidad en eventos y ferias.
Los participantes pueden asistir a talleres y cursos que abarcan desde la validación de modelos de negocio hasta estrategias de escalabilidad. Entre los beneficios se incluyen subsidios que cubren hasta el 90% de los costos del proyecto, lo que favorece la internacionalización de las startups.
El pasaporte chileno es altamente valorado a nivel mundial, clasificado en el puesto 16 por Henley&Partners, y es el más poderoso de América Latina. Permite el ingreso sin visa a 177 países, lo que facilita la movilidad internacional y abre oportunidades de negocio. Este acceso global representa un recurso invaluable para los empresarios que desean expandir sus redes y explorar nuevos mercados.
Chile encabeza el índice de costo de vida en Sudamérica, con un valor de 39,12, según Numbeo. Este indicador refleja los precios relativamente altos en áreas como vivienda, alimentación y servicios, un fenómeno vinculado al desarrollo económico del país y su enfoque en mejorar la calidad de vida. Aunque puede representar un desafío para algunos, también indica una infraestructura avanzada y una economía en crecimiento.