Moncloa ha sentenciado a José Luis Ábalos. Ha decidido que sea el cabeza de turco del ‘caso Koldo’ y, con ese fin, ha puesto en marcha la auditoría encargada por el Ministerio de Transportes de Óscar Puente. El entorno de Pedro Sánchez busca que las irregularidades denunciadas sirvan de base para que la Audiencia Nacional arme una solicitud de imputación al Tribunal Supremo y quite el foco sobre Begoña Gómez en este affaire.
Hace seis meses, el PSOE señaló a Ábalos la puerta de salida. Los socialistas le exigieron que entregara su acta de diputado una vez se conoció la vinculación de su asesor de confianza, Koldo García, con la trama de corrupción que usó la pandemia para hacer caja y que tuvo el departamento que dirigía como núcleo central.
Medio año más tarde, el Gobierno acaba de darle un empujón definitivo con una auditoría elaborada por el equipo de su sucesor, Óscar Puente, en la que se pone en evidencia su responsabilidad en las operaciones que desarrolló la trama.
El juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, ha reclamado al Ejecutivo el informe de auditoría impulsado por el actual ministro de Transportes, que señala irregularidades en las adjudicaciones a la empresa de la trama Koldo, Soluciones de Gestión, para la compra de 13 millones de mascarillas al inicio de la pandemia.
El encargo se gestionó mediante dos órdenes de compra firmadas por su antecesor en el cargo, José Luis Ábalos.
En una segunda resolución, el juez también ha solicitado a la Fiscalía Anticorrupción que informe sobre la conveniencia de citar a Óscar Puente como testigo, tras haberlo pedido la asociación Liberum, que ejerce de acusación popular.
Mientras la Audiencia Nacional impulsaba su instrucción y, de la mano de la Fiscalía Anticorrupción, iba estrechando el cerco sobre José Luis Ábalos, el Ministerio de Transportes ha ido elaborando el informe que puede servir de base para que el juez que investiga el caso Koldo arme una solicitud de imputación al Tribunal Supremo, según reconocen a Confidencial Digital fuentes de La Moncloa.
El exministro dejó sus cargos orgánicos en el partido, pero se aferró a su escaño y pasó al Grupo Mixto. Al ser diputado, continúa aforado, de modo que será necesaria una intervención del Supremo para investigarle.
La instrucción judicial ya se le había complicado a Ábalos antes del verano. Los investigadores sospechaban desde un inicio que las adjudicaciones otorgadas a la compañía fueron contrataciones a dedo y que el asesor del exdirigente socialista se lucró ejerciendo una labor de intermediario para la mercantil.
Fuentes próximas a La Moncloa admiten a ECD que el movimiento del Gobierno pretende que sirva para colocar un dique y quitar el foco sobre la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, en el caso Koldo.
La corrupción durante la pandemia impacta ya de lleno en el Gobierno de Sánchez, que se ha visto obligado a tres ceses, aunque los achaque a la investigación judicial y no a la gravedad de los hechos.
Hay indicios de que ésta llegó al círculo cercano del presidente de la mano de su antiguo hombre fuerte, el exministro Ábalos, y sospechas de que pudo alcanzar a su círculo íntimo en una derivada de la investigación que afecta a la esposa del jefe del Ejecutivo.
Presidencia maneja que la causa se reactivará en septiembre. El juez instructor Ismael Moreno ha ordenado una ronda de declaraciones que arranca el día 9 y en la que están convocados los dos cargos a los que cesó Puente hace dos semanas.
Sin embargo, Sánchez continúa evadiendo la rendición de cuentas, enrocado en vagas justificaciones que eluden la responsabilidad política.
La investigación judicial dirimirá si la trama es simplemente obra de unos delincuentes que se aprovecharon del caos de la pandemia, como sostiene Moncloa, o hay un entramado que afecta al Gobierno y al PSOE.
En la cúpula socialista reconocen que la intención del informe de Puente no deja, sin embargo, de ser interesada: trata de colocar un cortafuegos que limite la responsabilidad exclusivamente a Ábalos y a su círculo.
Hay que destacar que la auditoria atribuye a José Luis Ábalos gravísimas irregularidades en la compra de mascarillas que dio origen al caso Koldo.
El documento ha sido elaborado por la Inspección de Servicios del actual Ministerio de Transportes, y en el que se ha basado Puente para destituir a su subsecretario y número tres, Jesús Gómez, y al jefe de personal de Adif, Michaux Miranda.
Concreta datos que hasta el momento se desconocían. La auditoría dice -por ejemplo- que el conocimiento del ex ministro de Transportes no era circunstancial o puntual, sino que mantuvo un papel activo ya desde los inicios.
Seis días después de que el Gobierno declarara el primer estado de alarma y, con él, el confinamiento, Ábalos firmó dos órdenes consecutivas en las que daba su beneplácito a la compra de mascarillas proporcionadas por Soluciones de Gestión. En la primera orden, autorizaba la adquisición de cuatro millones de unidades. En la segunda, remitida 38 minutos después, doblaba la cantidad a ocho millones sin que nada respaldara ese salto, según la auditoría del Ministerio de Transportes.
En el equipo de Pedro Sánchez aseguran a ECD que han realizado un balance de daños y asumen el riesgo de que José Luis Ábalos tire de la manta. “Pero por encima está el presidente y su círculo más cercano en La Moncloa (en referencia, sin citarla, a su esposa). Sin embargo, recuerdan también que Ábalos no era un ministro cualquiera, sino uno de los principales apoyos de Sánchez en la conquista del poder en el PSOE y el piloto del partido durante años como secretario de Organización.
Una posición que le permitió adquirir información que ahora puede usar en su contra, como él mismo advertía hace unos días en una entrevista en El Mundo: “Lo que tenga que venir, vendrá”.
Tal y como contó también El Mundo, Ábalos trasladó a la cúpula del PSOE una seria advertencia hace aproximadamente un mes al comprobar que la posición del Gobierno era cada vez más hostil contra él.
Semanas antes de que el Ministerio de Transportes que dirige Óscar Puente publicara la auditoría que le incrimina directamente en la supuesta trama de corrupción del caso Koldo, el exministro mantuvo conversaciones con el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, en las que le transmitió abiertamente que su postura hacia el PSOE podría variar en cualquier momento.
Enfurecido por las filtraciones de datos personales derivados de la investigación judicial que instruye la Audiencia Nacional por la compra de material sanitario desde su ministerio durante la pandemia, y por la ausencia de cualquier tipo de gesto de apoyo desde su antiguo partido, espetó: “Estáis demasiado confiados en mi lealtad”.
“Hasta aquí hemos llegado”, ha trasladado también a sus antiguos compañeros, a los que ha advertido de que, a partir de ahora, va a votar “en conciencia” en el Congreso, donde mantiene un escaño que puede ser fundamental para los socialistas en votaciones ajustadas.
Desde el entorno de Ábalos muestran en privado a ECD sus dudas sobre si realmente ha existido una decisión gubernamental encaminada a perjudicarle con la auditoría o simplemente responde a una maniobra de algunos altos cargos para intentar esquivar su responsabilidad en los procedimientos administrativos investigados.