Día histórico este domingo en el circuito de Motorland. En el lugar en el que Marc Márquez había ganado cinco veces, lo ha hecho una sexta vez, pero no es una cualquiera, ni una más, es la victoria que le devuelve a lo más alto después de un calvario de cuatro años y de una sequía de 1.032 días sin victoria. Un camino de resurrección muy largo que ha completado por fin, repitiendo en la carrera larga la exhibición que ya había mostrado en la Q2 y en la Sprint Race.
"Esto no ha hecho más que empezar", decía nada más terminar su celebración, que fue tan enorme cuando se proclama campeón del mundo. Y es que esto es casi más importante que un Mundial para él, que hubo un tiempo en el que dudó de si la lesión en el brazo derecho le iba a dejar volver a ser el mismo.
No ha dejado lugar a ninguna duda Marc de lo que iba a pasar este domingo en Aragón. Quería rematar lo del sábado y lo hizo sin dudar ni un segundo, poniéndose otra vez en cabeza nada más apagarse el semáforo y arrasando después a todos los demás, disparando su ventaja en cabeza como si fuese fácil, en un circuito que ya era importante para él y que ahora es también mágico.
Porque ha resucitado en Motorland, un circuito muy cercano a Cervera, su casa, así que todo era redondo para Marc, que otra vez entró en meta de pie sobre su moto y mostrando bíceps, sobre todo el derecho, que es donde tiene las cuatro operaciones.
A cinco vueltas del final, llegó la acción polémica de la carrera, cuando Pecco Bagnaia se fue al suelo después de tocarse con Álex Márquez, con el que luchaba por el tercer puesto. Había llegado a rueda de Álex el italiano y los dos se tocaron y se fueron al suelo en una caída peligrosa pero en la que ninguno se hizo daño. Lo peor fue para Pecco, que firmaba otro cero y ahora cede 23 puntos de desventaja con Jorge Martín, que es líder del Mundial con un buen colchón.
No falló el madrileño otra vez, y lo mismo que el sábado, firmó un segundo puesto, que es lo máximo a lo que podía aspirar ante la exhibición de superioridad de Marc Márquez.
