Si existiera otra vida donde permanecen los fenecidos, supongo que John F. y Robert, los hermanos Kennedy leyendas de la democracia, estarán cuando menos perplejos y cuando más a punto de regresar a este espacio terrenal para pedirle cuentas a Robert F. Kennedy Jr. por su abandono como político independiente y su endorso, nada más y nada menos, que a Donald Trump.
No les parezca increíble, es EE. UU. El mitin de campaña fue el viernes 23 de agosto en Glendale, Arizona. El expresidente y candidato republicano a las elecciones de 2024, Donald Trump, lo presentó y recibió un estridente aplauso de la audiencia que enardecida gritó «¡Bobby!, ¡Bobby!, ¡Bobby!»:
«Esta noche estoy muy contento de darle la bienvenida a un hombre que ha sido un defensor increíble de muchos de estos valores que todos compartimos, y los hemos compartido durante mucho tiempo. Creo que va a tener una enorme influencia en esta campaña. Durante los últimos 16 meses, Bobby ha dirigido una campaña extraordinaria para presidente de Estados Unidos. Lo sé porque él también me persiguió un par de veces».
Y apostilló lo inaudito: invocó los nombres del padre y el tío y sugirió que estaban «mirando hacia abajo en este momento y están muy orgullosos de Bobby», cuando mi abuela Rosario diría: «se están revolviendo en las tumbas», y el clan en la Tierra, es decir los hermanos de Kennedy Jr., han hecho pública esa revoltura más de una vez, distanciándose, incluso de su candidatura «independiente», asegurando siempre que sus puntos de vista no representan los de la familia.
La gran revelación de ese apareamiento Trump-Kennedy Jr., que desde hace unos días se afirmaba en los medios estadounidenses, lo había anunciado la acompañante en la boleta de RFK como candidato independiente, Nicole Shanahan, una californiana abogada en Silicon Valley, cuya vida profesional y sentimental (matrimonios) le ha permitido amasar una fortuna que se calcula en mil millones de dólares, sobre todo después de su divorcio del cofundador de Google, Serguéi Brin —pero esos pormenores no vienen al caso—, aunque le permiten generosas donaciones a campaña políticas y a ciertas teorías conspirativas, como las campañas y falsedades contra las vacunas, que comparte con Kennedy, quien durante la COVID-19 promulgó que causaban altas tasas de mortalidad infantil y esterilidad.
Shanahan explicó previamente los motivos y razones: «Estamos considerando muy seriamente asegurarnos de que las personas que han corrompido nuestra democracia justa y libre no acaben en el cargo en noviembre», a lo que explícitamente añadió: «Hay dos opciones que estamos considerando y una es permanecer: formar (un nuevo partido político), pero corremos el riesgo de una presidencia de Kamala Harris y (Tim) Walz, porque obtenemos votos de Trump. O nos retiramos ahora mismo y unimos fuerzas con Donald Trump y explicamos a nuestra base por qué estamos tomando esta decisión», aspirando —confesó— tener en 2028 un tercer partido…
Como es de suponer llegaron los detalles de la alianza, de manera que NBC News aseguró que el proyecto de unir a este Kennedy con el expresidente fue de este trío: Donald Trump Jr., el periodista Tucker Carlson y un rico donante de los políticos, Omeed Malik, lo que fue casi corroborado por el senador de Ohio y acompañante de la boleta republicana como candidato a la vicepresidencia, JD Vance, quien dijo a esa televisora: «ha habido mucha comunicación de ida y vuelta». Es decir, del apóstata de los Kennedy y la terna. No se dieron a conocer los medios empleados para el convencimiento.
También es bueno saber quién es quién, hablemos un poco más del grupito mensajero: Donald es el primogénito de su papá y eso basta. Tucker Swanson McNear Carlson, comentarista político promotor de teorías de conspiración de extrema derecha, entre ellas una que le valió salir de la cadena televisiva conservadora Fox News, cuando esta tuvo que pagar una demanda de más de 700 millones de dólares por haber sido casi el principal difusor de las afirmaciones falsas de fraude electoral hechas por Donald Trump. Es, además, cofundador y exeditor en jefe del sitio web conservador The Daily Caller.
Omeed Malik es un estadounidense de origen iraní, veterano ejecutivo de Wall Street que también ha trabajado en el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, fundador y director ejecutivo de Farvahar Partners, un banco mercantil boutique y corredor/distribuidor que invierte el capital de sus socios en negocios en crecimiento, y es editor colaborador y propietario minoritario del diario The Daily Caller. Además un entusiasta admirador de Elon Musk y su negocio de X.
Como hemos hablado de personajes aficionados a las teorías conspirativas, por si acaso, aunque no se mencionó en las informaciones sobre la nueva mancomunidad, y puede y hasta debe haber jugado también su papel, vale un breve perfil de Amaryllis Fox Kennedy.
Graduada de la británica Universidad Oxford y con un máster en terrorismo y conflictos mundiales en la universidad estadounidense de Georgetown, uno de los principales centros de reclutamiento de la CIA, su tercer y actual matrimonio fue con Robert F. Kennedy III, es la directora de campaña de su suegro, escritora, presentadora de televisión, oradora pública, y ex oficial de la Agencia Central de Inteligencia (desde 2001 hasta 2010 o 2011, año en que dicen dejó la agencia de espionaje, en la que por una década fue oficial especializada en la «guerra contra el terrorismo» con actividades encubiertas en lugares como Shanghái, China, y Karachi, Pakistán.
En Arizona, donde se hizo formal la unión Trump-Kennedy, el susodicho dijo: «No hablamos de los valores que nos separan, porque no estamos de acuerdo en todo, sino de los valores y cuestiones que nos unen», y ciertamente hay un punto de unión muy especial, otro multimillonario, Timothy Mellon, un «ángel de la guardia», como se les llama a los grandes donantes de campaña, que los financia y es el principal donante individual de ambos. Según OpenSecrets, de los 165 millones de dólares que el heredero de uno de los primeros oligarcas del imperio estadounidense ha invertido en las elecciones de 2024, han sido para Trump 50 millones y 25 millones para Kennedy.
Hechas las presentaciones de rigor, que son bien esclarecedoras del asunto, se impone conocer algunas visiones de y acerca de Robert F. Kennedy Jr.:
David Corn, editor en la publicación Mother Jones, sentenció en las redes digitales: «Si RFK Jr. respalda a Trump, demostrará que no le importa nada el cambio climático, el aire y el agua limpios, la libertad de las mujeres, la democracia y el estado de derecho». Y dio un puntillazo cuando agregó: «Solo un falso traficante de teorías de conspiración uniendo fuerzas con otro».
¿Por qué tanto interés en este Kennedy?, la respuesta es evidente, su espaldarazo a Trump puede abrirle las urnas a un segmento de votantes que irán tras el célebre apellido aunque nada se le asemeje a su árbol genealógico, restándole votos a la demócrata Kamala Harris.
Y el ladino candidato republicano hizo una contraseña de connivencia y promesa que le acompañó pero no cumplió en su mandato de cuatro años: crear una comisión sobre intentos de asesinato que tendría la tarea de publicar los documentos ultra secretos restantes del asesinato de John F. Kennedy y un panel para estudiar enfermedades crónicas como el autismo, la obesidad y los trastornos autoinmunes, cuya supuestas causas o soluciones forman parte del arsenal seudocientífico o seudonaturalista de la visión conservadora de RFK Jr.
Por cierto, si hay un premio al sarcasmo, Shanahan puede aspirar y con ventaja, pues dijo en la entrevista del podcast Impact Theory que cree que Kennedy sería una elección «excelente» para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos algún día.
Por lo pronto, como se ven ganadores en noviembre, ya sumaron a Robert F. Kennedy Jr. al equipo de transición presidencial Trump/Vance para «restaurar la grandeza de Estados Unidos», según anunció el asesor principal de campaña Brian Hughes. Kennedy dijo al respecto en una entrevista con Tucker Carlston: «Me pidieron que fuera al equipo de transición, ya sabes, para ayudar a elegir a las personas que dirigirán el Gobierno, y estoy deseando que llegue eso».
Todo se vale en EE. UU. No olviden que el 5 de noviembre está en juego un poderoso botín, la Casa Blanca, y cuando se dio a conocer el pacto, según el rastreador de encuestas The Hill/Decision Desk HQ, la Harris tenía una ventaja de aproximadamente cuatro puntos porcentuales sobre Trump, 47,9 por ciento contra 43,8 por ciento, y el Kennedy alrededor del tres por ciento, suma simple que mantiene las interrogantes sobre un posible vencedor en la muy reñida pelea.