Tenemos que ir con cuidado cuando paguemos con tarjeta o realicemos alguna transferencia porque los fraudes en los métodos de pago están a la orden del día en Europa. Así lo demuestran los últimos datos del Banco Central Europeo y la Autoridad Bancaria Europea (EBA), que estiman que en 2022 se defraudaron 4.300 millones de euros en los principales instrumentos de pago, una cifra que se reduce, aunque sigue siendo significativa, hasta los 2.000 millones de euros para el primer semestre de 2023.
La buena noticia es que el riesgo de fraude con tarjetas es menor para las transacciones que se realicen dentro del Espacio Económico Europeo (EEE) por la aplicación obligatoria de una autenticación sólida del cliente.
Asimismo, desde Bankinter explican que la mayoría de los fraudes de pagos en términos de valor –cantidades sustraídas– estuvo relacionado tanto con las transferencias de crédito como con los pagos con tarjeta, mientras que estos últimos también representaron la mayor parte en términos de volumen –número de fraudes realizados en total–.
Teniendo en cuenta lo anterior, entre enero y junio de 2023, el fraude con tarjetas emitidas en el EEE representó el 0,031% del valor total y el 0,015% del total de pagos con tarjeta. En el mismo periodo, las estafas en las transacciones de dinero electrónico fueron significativamente inferiores (0,022% en valor y 0,012% en volumen) a las que se registraron en meses anteriores.
Por otro lado, las tasas de fraude fueron sustancialmente más bajas para las transferencias de crédito (0,001% en valor y 0,003% en volumen), mientras que las retiradas de efectivo y las transacciones de dinero electrónico en términos absolutos se mantienen en niveles más moderados, en este caso, por debajo de 100 millones de euros en el primer semestre de 2023.
Otro dato significativo es que la mayor parte del fraude con tarjetas (71%), junto con una gran proporción de los fraudes por transferencias de crédito y débitos directos (43% y 47%, respectivamente) involucraron transacciones transfronterizas, con proveedores de pago fuera del EEE.
Los estafadores tienen infinitas formas de actuar para robarnos los datos de la tarjeta bancaria. Uno de los métodos más conocidos es el “skimming”, a través del cual los criminales pueden extraer datos de la banda magnética de la tarjeta de la víctima mientras saca dinero del cajero, donde el delincuente coloca una “copiadora” en la ranura en la que introduce la tarjeta.
Otra técnica es el “bluesnarfing”, que permite establecer conexiones inalámbricas fraudulentas a través de Bluetooth para robar los datos bancarios y personales de la víctima para después realizar transacciones o compras online. Por esta razón, es aconsejable tener siempre el Bluetooth desconectado cuando no se esté usando y revisar bien todos los datos antes de hacer cualquier transferencia o pago con tarjeta.