El oficialismo y la oposición de la Provincia de Buenos Aires están hurgando en soluciones prácticas que los ayuden a resolver diferentes problemas electorales y políticos y que les esquiven tener que elegir entre "mamá o papá" como lo puede llegar a ser la escalada en la pelea entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner, por un lado, y entre aliarse o no con Javier Milei en el PRO y el radicalismo.
Carlos Bianco, el ministro de Gobierno y operador todo terreno del gobernador Kicillof lo escuchó de la boca de un representante cambiemista que le preguntó si se veían desdoblando las elecciones en 2025 en el ámbito provincial, donde se elegiría, por primera vez, para cargos bonaerenses y municipales en una fecha, y diputados nacionales, en otra posterior.
Un intendente peronista también tomó conocimiento del tema en un intercambio casual con uno de sus pares pero, aclaró, que "hoy no hay nada sobre eso". A diferencia de otras oportunidades, cuando la negativa suele ser mucho más taxativa, la posibilidad de que la idea opositora pueda avanzar no le resultó descabellada. "Hay que ver qué decide el espacio, porque siempre la crítica que hacemos es que los otros gobernadores desdoblan y nos dejan sin aire en la elección final".
Si bien el oficialismo libertario se siente muy a gusto en un escenario que lo tiene solo en la cancha por el nivel de fragmentación y degradación opositora, a las huestes de Javier Milei no solo no le sobra nada sino que, a medida que llega la lupa de Santiago Caputo al armado que realizaron en la Provincia de Buenos Aires, más crece su estupor.
La experiencia nacional no resulta la mejor para un mileísmo obligado a ir a buscar a los opositores más dialoguistas para acomodar el debate parlamentario. Lo sucedido con la diputada nacional Lourdes Arrieta, propuesta como presidenta de LLA en Mendoza por el propio Martín Menem, lo dejó en evidencia como un endeble armador. Su inexperiencia fue comprada casi como un mantra por Karina Milei, quien confía aún en su criterio y el de su primo Lule Menem y, en la Provincia, la franquicia la tiene en exclusiva Sebastián Pareja.
Lo sucedido con Lourdes Arrieta, propuesta por el propio Martín Menem, lo dejó en evidencia como un endeble armador.
Un diputado provincial oficialista de experiencia, de los pocos que dialoga con Bianco, Facundo Tignanelli y los bloques libertarios, conocía también la idea del desdoblamiento electoral bonaerense. "Es muy buena, la cosa es que Kicillof no quiera agarrar la pelota y jugar solo porque le resuelve los problemas a los intendentes. Si consensua con Máximo, Sergio y Cristina, todo se puede dar. La idea no es mala, hay que ver la instrumentación", agregó.
Axel Kicillof, por supuesto, duda sobre las ventajas y desventajas de semejante decisión. Pero, insólitamente, lo circunscribe más en el gasto que le ocasionará para habilitar las escuelas el día de la votación y la puesta en marcha de la estructura de la Justicia Electoral por demás endeble en la Provincia.
"Es de locos que piense en eso... No entiende nada", dijo alguien que conoció del tema y además, con cierta saña, criticó "que cada vez que se necesita al Estado Presente. lo único que aparezca sea el ausente".
Ninguno de los espacios políticos tiene paz. Los libertarios no cesan en sus internas y en cada territorio hay una pelea, sino propia de la localidad, importada por los jefes coordinadores. Además, lo que era un hecho pasó a ser un interrogante. José Luis Espert, vilipendiado por la reaparición de unas grabaciones viejas de Lilian Lemoine en su contra por ser una persona "que se mueve por la moneda", entre otras cosas menos injuriosas, ya se había enterado que Pareja iba a aceptar la orden de Milei en caso que lo eligiera como candidato a diputado nacional, pero haría todo lo posible para que, llegado el momento, terminara tan exhausto que debía entregar todo el resto de la boleta.
Los intendentes miran de reojo una posible escalada en la pelea entre Axel Kicillof y Máximo Kirchner.
En tanto, mientras más hablen Mauricio Macri con Milei menos chances de ser protagonista tendrá Patricia Bullrich con su pretendido armado bonaerense y porteño.
El mundo de Juntos por el Cambio no existe más. Diego Valenzuela enarbola una independencia que pretende coronar con la ampliación del armado pro libertario. Su protagonismo en las últimas semanas y la diferencia sustancial con sus supuestos competidores mileístas le sirven de estímulo, aunque trata de mantener el diálogo abierto con sus antiguos compañeros de ruta del PRO, fundamentalmente con sus pares intendentes.
Como si esto tuviera escasa importancia sobre lo que pretenden hacer, Cristian Ritondo y Diego Santilli, antiguos rivales internos, hoy componen una dupla similar a la de los viejos tiempos, cuando ambos se desprendieron del peronismo porteño para ser parte de la génesis del PRO. Al "colorado" se lo vio parar en varias estaciones de servicio por la ruta 5 durante el inicio de la semana y almorzando en el conurbano en "la pava" de Ituzaingó con el local Gastón Di Castilnuovo, y los vecinos Leandro Ugartemendía, Agustina Ciarletta y Darío Kubar.
Julio Zamora organizó, en Tigre, una actividad que amplía la base de sustentación del original antikirchnerismo peronista, con Facundo Manes como protagonista.
El peronismo, de a poco, empieza a estirarse. Mientras Jorge Ferraresi sigue discutiendo a viva voz con La Cámpora y en cada localidad expone su inquina con Máximo Kirchner, y este le responde a través de Mayra Mendoza o el senador Emanuel Santalla, Julio Zamora organizó, en Tigre, una actividad que amplía la base de sustentación del original antikirchnerismo peronista. Bajo el pretexto de hablar de Ciudades Futuras, tuvo como invitado especial a Facundo Manes, en el Museo de Artes de Tigre, antiguo lugar de los espectáculos organizados por Sergio Massa.
Hasta ahí fueron el siempre activo y "suelto" Juanchi Zabaleta, Florencio Randazzo y el ahora mucho más independiente Ariel Sujarchuk, de Escobar, el único que mantiene diálogo con Máximo y Cristina Kirchner de todos los presentes. Al parecer, con Massa algo se enfrió aunque siempre lo elogie. Con el que sí tuvo un fuerte entredicho fue con Kicillof producto a un destrato que sintió del ministro de Seguridad, Javier Alonso, hacia su municipio. Perplejo, Gabriel Katopodis observó cómo se "decían de todo" hasta que llegó la paz.
Recién llegado de España, donde fue el embajador de Alberto Fernández, Ricardo Alfonsín lanzó su propia corriente con su antiguo correligionario reconvertido en ultra K Gustavo López con la intención de aglutinar progresismo radical en favor de Kicillof. Justo el día en que una fracción del radicalismo, conducido por Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti lanzaron a Pablo Dominichini como precandidato a presidente radical para competir contra Miguel Fernández, el ex intendente de Trenque Lauquen apoyado por Maxi Abad.
Abad y Dominichini son viejos amigos y conocidos de la época estudiantil y esa relación nunca se rompió. Falta mucho para octubre, fecha prevista para la interna, y todo puede pasar en el medio. Pero lo que más dolió en el oficialismo radical es el cambio de cancha realizado por el nuevo candidato, que se sumó al bloque que conduce Claudio Frangul, aliado a Facundo Manes, que quedó muy enemistado con Abad después del cierre del año pasado.
Ahora Frangul conduce a siete diputados contra seis del aliado de Abad Diego Garcíarena, que quedó en minoría a la hora de negociar todo lo concerniente a los contratos y leyes con el oficialismo, algo que dominaba exclusivamente esta franja del radicalismo.
