Ancares y sus pallozas, uno de los parajes más hermosos de España en la confluencia de Asturias, León y Galicia, asiste a la escabechina de Primoz Roglic en dirección a su cuarta Vuelta a España. Hay que armarse de valor y voluntad para escalar el puerto que cierra la etapa 13 en la Vuelta, junto a los lobos, los ciervos y los urogallos. Rampas que provocan sudores fríos, carretera estrecha y antigua, una cima deshabitada donde el escalador se siente el rey del mundo. Hasta allí llega el esloveno de Red Bull en solitario, después de desalojar de su rueda al líder, Ben O'Connor, que cede 1 min. y 54 seg., a Enric Mas (58 seg.), también Mikel Landa (36 seg.) o Carlos Rodríguez (44 seg.). Una rotunda demostración de poder del favorito para ganar la Vuelta a España en la etapa que venció otro veterano, el canadiense Michael Woods, pese a que todo se vio con dificultad por el desastre de la realización de TVE. La Vuelta se adentra en el paraíso de la soledad y las aldeas de Ancares, Piornedo, Balouta, Suarbol, pequeños pueblos para perderse y disfrutar. Hasta allí se encienden de nuevo Van Aert y Marc Soler, pasajeros de una fuga de 23 que corona Woods después de numerosas peripecias. Los saltos abruptos y valientes de Soler, sin éxito, la calculada fuerza de Van Aert, que puntúa para la montaña (líder), el maillot verde (líder) y la etapa (demasiadas rampas para él). El puerto de Ancares establece una frontera en la Vuelta. El ciclismo no es solo dar pedales, la fuerza bruta y los watios. Cuenta más la determinación, la personalidad, el carácter o la serena sobriedad que exhibe Primoz Roglic, vencedor de tres ediciones por cabeza más que por piernas. La mentalidad lo es todo en el deporte profesional, la confianza en uno mismo, y Roglic va sobrado de esas virtudes cuando acelera el paso y solo Enric Mas y Kuss l o siguen. En los peores porcentajes del puerto nadie da un relevo al esloveno, quien no protesta, no gesticula ni hace aspavientos, agacha la cabeza y sigue. Así doblega a Enric Mas, que tiene menos fortaleza mental, se hunde al perder rueda y empieza a entregar la Vuelta. También se ha quedado Ben O'Connor, el líder del reloj de arena, al que Roglic atiza en serio. Se recupera Landa, sin responsabilidades, a su paso. Va a ritmo Carapaz, como Carlos Rodríguez . Roglic sabe que es su momento y saca el colmillo. Obtiene ventajas en la meta, más cerca del todavía líder o'Connor y más lejos de Mas, Carapaz o Landa.