Hasta anoche, el dólar estaba por debajo de los 20, en 19.84 pesos. Muy por arriba de los 16.79 que costaba hace exactamente un año. Es más, está tres pesos más caro respecto a su precio de mayo.
Pero es igualmente cierto que esos 19.84 pesos de ayer están muy abajo de los 25.35 pesos del 23 de marzo de 2020. Siendo justos, un nivel cercano a los 20 pesos ha sido el promedio de los más recientes 5 años, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg.
¿Estamos en una crisis? ¿Estamos exagerando? ¿Va a volver a bajar el dólar?
La verdad es que estamos en un punto de incertidumbre. Como cuando se fue la luz porque hubo temblor y ahora esperamos réplicas. No estamos en una situación conocida, mucho menos cómoda.
Algunos de los más críticos, empero, son miembros del Poder Judicial que irónicamente, son jueces y parte en este momento de efervescencia.
Son defensores de la Constitución actual que les brinda entre otras cosas, certidumbre laboral. Al mismo tiempo son razón de una posible parálisis nacional.
Los mexicanos saben que el Poder Judicial opera ineficientemente. Pero no había ocurrido a los miembros de esta generación enfrentar la posibilidad de que se interrumpa toda la impartición de justicia… por tiempo indeterminado.
Una circular de la autoridad que coordina a los jueces advirtió del paro de labores en los “órganos jurisdiccionales del país” a partir del 19 de agosto. Es la número 16/2024 del Consejo de la Judicatura Federal.
Ayer, El Financiero dio cuenta de un asunto mayor. Reveló que la Ministra Presidenta Norma Piña Hernández habría citado de manera urgente a las 11:30 horas de este viernes a ministros y ministras, para proponerles ampliar ese paro de labores del Poder Judicial para que incluya a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
No es necesario ser abogado para entender el riesgo de quedarnos sin jueces. Pero a pesar de ese posible escenario, el dólar anoche no llegó a los 20.
No se trata de un deseo, sino de una duda legítima. ¿Por qué no sube más el dólar?
Ahora que sabemos que el partido de Morena tendrá un poder en el Congreso comparable acaso con el que tuvo el PRI en los días de Carlos Salinas, muchos esperan que vengan todas las reformas constitucionales del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los líderes de las empresas estadounidenses, que son los mejores clientes de las compañías en las que trabajan los mexicanos, advierten por esa razón que hay riesgos para continuar las relaciones de negocios entre los dos países.
A ver: No es el gobierno de los vecinos, sino la poderosa US Chamber of Commerce la que expresó esta semana que “ciertas reformas constitucionales propuestas por el gobierno mexicano –en particular, la reforma judicial y la propuesta de eliminación de los órganos autónomos y entes reguladores – podrían socavar el Estado de Derecho y las garantías de protección a las operaciones comerciales en México”.
Si alguien quiere mejorar el sistema judicial hay que aplaudirle. Hacerlo a costa de los tratos comerciales que dan de comer a medio México es un juego estúpido.
Quizás voy a contra corriente y ustedes podrán reclamar en el futuro, pero me aproximo más hacia la idea de Saad Siddiqui, estratega de renta fija de Mercados Emergentes del grupo financiero más grande de Estados Unidos, JP Morgan, quien hace un año dijo que la histórica era de volatilidad del peso como una moneda poco confiable, había terminado.
Esta semana expresó que algunas de las fuerzas que hicieron del peso la moneda más fuerte del mundo durante la mayor parte de los últimos dos años, como las crecientes remesas desde Estados Unidos y la inversión de empresas que buscan trasladar su producción más cerca de ese país (Nearshoring), están intactas.
Agreguen otra pizca de cautela: Revisen esa entrevista de banqueta que hicieron el miércoles al líder de la próxima bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal.
A pregunta expresa: “¿Se puede dar por descontado que las reformas constitucionales ya son un hecho?”, vino la respuesta del legislador: “No, yo nunca doy por amarrado nada hasta el día de la votación, hay sorpresas a veces”.
El equipo local de JP Morgan, a cargo de su economista en jefe Gabriel Lozano, estima un tipo de cambio de 19.25 pesos por dólar para el próximo año. ¿Qué les dice eso?